360 UDEM No.2- Tenemos que hablar de tu abuso de whatsapp

Y A I N T E N T A M O S I R A M A R T E

Bannon). Bannon trató de disminuir los gastos del proyecto, pero su implacable estilo admi- nistrativo no era suficiente para mantener en pie la compañía. Menos de cinco meses des- pués de que la segunda misión comenzó, la administración anunció que ya no dirigiría más tareas. Los biospherianos que quedaban salie- ron, John Allen regresó a su rancho en Texas y el recinto fue eventualmente vendido a la Uni- versidad de Arizona. Como experimento autosuficiente, Bios- phere 2 fue un fracaso. Pero no fue completa- mente en vano. Al margen de su fanfarronada interplanetaria, parchada con científicos rea- les, el recinto se convirtió en el laboratorio de ciencias más grande del planeta –y una herra- mienta invaluable en la lucha contra el cambio climático–. Los investigadores de la Universidad de Arizona ahora pueden manipular la tempe- ratura, la humedad y la precipitación en cada una de las zonas salvajes de la instalación y ob- servar qué tan diferente responden los diversos ecosistemas a distintas condiciones. La mayor parte de lo que sabemos sobre cómo los arre- cifes de coral responden a la acidificación de océanos, por ejemplo, se descubrió en experi- mentos realizados en el océano de Biosphere 2. Pero si Biosphere 2 fue incapaz de mante- ner a ocho personas vivas en la Tierra, parece improbable que las cosas marchen mejor para todos aquellos que traten de pasar su vida en Marte. Podría creerse que cualquier hábitat marciano sería capaz de abastecerse de la energía solar, pero una cosa es estar en Arizo- na y otra completamente diferente en Marte, donde el cielo está periódicamente envuelto en tormentas de polvo que bloquean la luz solar. Más aún, un estudio reciente en el MIT con- cluyó que el nivel de oxígeno que se requeri-

ría para crecer plantas en Marte expondría el hábitat a la expansión rápida de fuego, lo que causaría que los colonizadores se asfixiaran. Los biospherianos originales fueron capaces de hacer uso de los suministros de oxígeno cuando comenzaron a sofocarse; los marcia- nos tendrían que esperar nueve meses para esperar a que llegaran suministros. En este sentido, Biosphere 2 es quizás el mejor ejemplo de lo que no se debe hacer –y es posible que no hacer nada sea el mensaje a tomar en cuenta–. En los años desde que

L O S B I O S P H E R I A N O S E M P E Z A R O N A P E L E A R S E E N T R E E L L O S . “ N O S S O F O C Á B A M O S , N O S M O R Í A M O S D E H A M B R E Y N O S E S T Á B A M O S V O LV I E N D O L O C O S ” , A D M I T I Ó P O Y N T E R D E S P U É S .

fue anunciado por primera vez el viaje de Mars One, este ha sido repetidamente retrasado, y los periodistas han empezado a cuestionar el pro- yecto de la misma manera que lo hicieron con Biosphere 2. En 2014, el reportero australiano Elmo Keep reveló que la organización práctica- mente no tenía dinero, ningún acuerdo con tele- visoras ni ningún contrato con algún proveedor aeroespacial para mandar una nave. Mars One fue, en otras palabras, una Biosphere 2 para la edad moderna –un plan atrevido, hermoso, pero sostenido por sueños y no por la ciencia–. La vida en una casa de cristal –sea aquí o en otro planeta– sigue siendo una fantasía. Este artículo fue originalmente publicado en Smith Journal , una revista australiana para mentes curiosas. Para más información, entra a smithjournal.com.au

49

Made with FlippingBook Proposal Creator