El IICA ante covid-19 (Agosto)

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“Para la agricultura convencional, los bioinsumos representan una alternativa al uso de insumos agroquímicos mientras que, para la agricultura orgánica y agroecológica, ofrecen una solución para responder a un crecimiento de la demanda de productos más sanos y respetuosos de la naturaleza.” LosbioinsumosdeusoagropecuarioenArgentina: las políticas públicas para acompañar las transicio- nes haciauna agricultura sostenible

mos químicos comenzó a despegar des- pués de la Revolución Verde en los años 50 y 60, seguida de un segundo auge en los años 90 y 2000, con el boom de la agroindustria de la soja. La amplia difu- sión de cultivos transgénicos resistentes a los herbicidas a base de glifosato dio lugar a un considerable aumento del con- sumo de agroquímicos a partir de la dé- cada del 1990. Los efectos negativos de la fumigación de plaguicidas comenzaron a abordarse mediante políticas a finales de los años 90, en particular mediante la movilización de los pueblos que viven en las proximidades de las parcelas fumiga- das. Muchos municipios comenzaron a prohibir la fumigación alrededor de las zonas residenciales, y el Estado argentino comenzó a promover buenas prácticas de uso de plaguicidas por parte de los agri- cultores. Sin embargo, el alcance de estas políticas públicas siguió siendo limitado. muy diversos, poniendo esas tecnologías en la intersección de intereses políticos, sociales, académicos e industriales.” “La medida del potencial de los bioinsumos está definida por actores

Los bioinsumos de uso agropecuario son herramientas de base biológica, macro o micro organismos, derivados y extrac- tos de plantas, aplicados a la producción agropecuaria. Despiertan muchas expec- tativas dentro del ámbito agropecuario y de la bioeconomía. Presentan un alto po- tencial en la provisión de soluciones para varios segmentos del sector agropecuario, tanto para el control de diferentes plagas y enfermedades como en la fertilidad de los suelos. ¿Cómo las políticas públicas pueden apoyar a estas tecnologías emer- gentes? ¿Y cómo la diversidad del sector agropecuario puede ser contemplada por esas políticas? Un trabajo de investigación que realizamos sobre el caso de la Repú- blica Argentina aporta unas primeras res- puestas. Para la agricultura convencional, los bioinsumos representan una alternativa al uso de insumos agroquímicos mientras que, para la agricultura orgánica y agro- ecológica, ofrecen una solución para res- ponder a un crecimiento de la demanda de productos más sanos y respetuosos de la naturaleza. En ambos sectores, contribu- yen a transformar en un debate tecnológico el tema de la reducción del uso de agroquí- micos, mientras hasta ahora estaba visto como un tema político, de interdicción o de reglamentación pública cada vez más limi- tante. Los bioinsumos abren también una reflexión sobre las soluciones tecnológicas que permitirían favorecer la producción lo- cal de insumos, cuando episodios como el Covid-19 mostraron el riesgo de una alta dependencia a importaciones. En Argentina, la difusión de los insu-

Si bien, inicialmente, los insumos bio- lógicos se utilizaban principalmente en la agricultura orgánica o de base agroecoló- gica, hoy en día también juegan un papel cada vez más importante en la agricultura convencional, como alternativa o comple- mento de fertilizantes y productos fitosa - nitarios. El desarrollo masivo de los bioi- noculantes para el cultivo de soja a partir de los años 1990 a 2000 es probablemente una de las mejores ilustraciones de esa ten- dencia. La medida de ese potencial de los bioinsumos está definida por actores muy diversos, poniendo esas tecnologías en la intersección de intereses políticos, socia- les, académicos e industriales. • El primero de esos actores en Argenti- na es el Estado que, a través de varios programas, promueve la investiga- ción y desarrollo (I+D) e incentiva la adopción de bioinsumos por parte de los productores. Para acompañar estos procesos, en 2013 se creó dentro del Ministerio de Agricultura el Comité Asesor en Bioinsumos de Uso Agro- pecuario (CABUA), con el objetivo de asociar de forma consultativa a las políticas, los distintos actores relacio- nados con los bioinsumos. • Segundo, el potencial de los bioin- sumos atrae al sector privado – ini- cialmente pymes, pero ahora también empresas multinacionales de insumos – que ven una oportunidad para desa- rrollar o diversificar sus actividades. En 2017 se creó con el apoyo del IICA la Cámara Argentina de Bioinsumos

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