'Anuario 2023' de Informe Cotec

ANUARIO 2023 DE INFORME COTEC

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REPORTAJES

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Si únicamente el alumnado de rentas altas accede a los mejores recursos educativos, las desigualdades sociales serán más duraderas y la movilidad social entre generaciones será menor.

COTEC E ISEAK APLICAN EN EL ESTUDIO UN ENFOQUE DE MACHINE LEARNING QUE COMPARA LA SITUACIÓN DE ESPAÑA CON LA DE OTROS 34 PAÍSES Y LAS DIFERENCIAS ENTRE CCAA

La educación que recibimos en las primeras etapas de la vida está muy relacionada con nuestro desarrollo (personal y profesional) como ciudadanos adultos. Nada que ver con lo que ocurría hace un siglo, cuando solo unos pocos jóvenes tenían acceso al sistema educativo. Por fortuna, hoy eso ha cambiado en la mayoría de los países del mundo. Un elevadísimo porcentaje de la juventud dedica una parte sustancial de su tiempo a estudiar en la escuela, en la universidad y en Formación Profesional. Los beneficios de esta instrucción académica van más allá de conseguir un buen empleo en el futuro y una mayor calidad de vida. El papel fundamental que adquiere la educación trae consigo, no obstante, una paradoja: puede actuar como un motor de desigualdad más que como un instrumento para luchar contra ella. Si únicamente el alumnado de rentas o clases altas accede a los mejores recursos educativos, las desigualdades sociales serán más duraderas y la movilidad social entre generaciones –es decir, el cambio en la condición socioeconómica de las personas– será menor. Un proyecto de investigación de Cotec, en colaboración con el centro de investigación Iseak, titulado Meritocracia y educación: Movilidad social y desigualdad de oportunidades. Un enfoque de Machine Learning , ha comparado la situación de España en este ámbito con

respecto a otros 34 países. A partir de los datos de Matemáticas obtenidos por los alumnos en las pruebas PISA 2018, los autores han evaluado dos aspectos fundamentales de la desigualdad educativa –la movilidad social y la desigualdad de oportunidades– y han obtenido un indicador empírico que permite cuantificar si los sistemas educativos promueven la igualdad de oportunidades entre el alumnado. En gran medida, el objetivo de esta investigación está muy relacionado con las críticas actuales a la premisa meritocrática que, en general, existe en muchos países europeos y occidentales. “En muchas ocasiones hablamos de la meritocracia en términos etéreos. La gente tiene una intuición, pero nada más. Por eso está bien compararnos con los demás y ver exactamente cómo nos situamos”, explica David Martínez de Lafuente, investigador en Iseak. El estudio demuestra que el sistema educativo español se encuentra en el tramo intermedio de los países comparados, tanto en movilidad social como en desigualdad de oportunidades. Eso quiere decir que la situación de España no es mala, al menos desde una perspectiva comparativa, aunque existe margen de mejora para favorecer la igualdad de oportunidades en educación. El estudio destaca, sin embargo, las diferencias significativas que se producen entre comunidades autónomas.

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