ANUARIO 2023 DE INFORME COTEC
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REPORTAJES
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COTEC Y 300.000 KM/S HAN ELABORADO UN ATLAS INTERACTIVO DE LA NUEVA VULNERABILIDAD URBANA Y SOCIAL EN ESPAÑA
Más de 4.000 millones de personas, algo más de la mitad de la población mundial, viven hoy en ciudades. Y la tendencia es imparable. Para 2050, Naciones Unidas prevé que el 70% de los seres humanos que habiten la Tierra residirán en zonas urbanas. Los retos que conllevan estas cifras son enormes. Un ejemplo: el 70% de las emisiones de carbono proceden de las metrópolis, que ya consumen hasta el 60% de los recursos que genera el Planeta. Esta fulgurante urbanización, en muchos lugares del mundo mal planificada, trae consigo efectos muy peligrosos en cadena: se multiplican los barrios pobres; proliferan viviendas, infraestructuras y servicios inadecuados y sobrecargados; se saturan la recogida de residuos, los sistemas de agua y saneamiento, las carreteras y el transporte; empeora la contaminación del aire; se descontrola el crecimiento urbano… El contexto de emergencia climática complica aún más las cosas. Obliga a las administraciones a repensar los modelos de desarrollo metropolitano y a replantearse su futuro. La tarea no es fácil e implica un cambio de mentalidad. Solo así se podrán redefinir políticas públicas que garanticen un desarrollo sostenible y ordenado de las ciudades. En plena transición hacia un mundo descarbonizado, reducir las emisiones es una tarea prioritaria en las estrategias de los países.
Y eso incluye a las urbes, donde en las próximas décadas disminuirán no solo los desplazamientos en vehículos motorizados. También sus habitantes se moverán menos, gracias, entre otras cosas, a las nuevas tecnologías, que favorecen el teletrabajo, el comercio electrónico o el aprendizaje en línea (e-learning) . La organización de la movilidad en las ciudades ya ha empezado a cambiar de forma radical. Otros factores –como la pandemia de la covid-19 y la crisis de abastecimiento energético, derivada de la guerra en Ucrania– han contribuido a acelerar este descenso drástico de los trayectos en los entornos urbanos. Todo esto tiene efectos positivos en la reducción del consumo de energía y en la emisión de gases de efecto invernadero. Si hasta hoy el número de desplazamientos se vinculaba a la prosperidad y el progreso, a partir de ahora las metrópolis que sean capaces de contener la movilidad de sus habitantes serán las que más avancen. El hecho de no depender de los combustibles fósiles les permitirá crear lugares más saludables y agradables para vivir. Pero ¿son todo buenas noticias? Parece que no. Estos nuevos modelos urbanos de baja movilidad, además de convenir al medio ambiente, promueven la salud y el bienestar social, pero entrañan un riesgo nuevo. La mayoría de las ciudades están segregadas residencialmente, es decir, las diferentes clases sociales viven en barrios distintos.
Al reducirse los desplazamientos de personas y, por lo tanto, la interacción entre grupos sociales de distinto origen (con perfiles sociales, demográficos y económicos diversos), puede crecer la desigualdad, multiplicarse la estratificación y establecerse guetos de población, con el consiguiente riesgo de segregación. Es decir, un modelo de ciudad en la que los vecinos se muevan menos de sus barrios podría hacer que muchos de ellos no pudieran acceder a determinados espacios y fomentaría la falta de mezcla entre diferentes estratos sociales. Esta hipótesis de partida es la base del proyecto Embarriados. Atlas de la nueva vulnerabilidad urbana y social en España , seleccionado por Cotec en la Convocatoria PIA de 2022. La agencia especializada en innovación urbana 300.000 Km/s ha coordinado la investigación, en la que también han participado miembros del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), el International Seminar on Urban Form (ISUF) y representantes del MITMA y la Generalitat de Catalunya. El objetivo del estudio es aportar nuevo conocimiento acerca de la relación entre movilidad, entorno urbano y desigualdad social. Para ello, los autores han identificado una serie de datos que permiten describir cómo se desplazan las personas a lo largo del día: desde matrices de telefonía móvil (extraídas del INE
y Telefónica) –que reflejan la movilidad laboral y cómo a través de ella se construye la mezcla social– a referencias catastrales –que describen los usos precisos del suelo–, cifras de renta (extraídas del INE) y datos de empleabilidad (procedentes de la Seguridad Social). El análisis de todos estos datos masivos describe con precisión los movimientos de los ciudadanos, el nivel socioeconómico y los tejidos urbanos y sus usos. Todo ello se ha plasmado en un visor cartográfico en línea (embarriados. cotec.es) que muestra la correlación entre ciudad, movilidad y desigualdad espacial. La web aporta información útil y valiosa para el diseño de políticas públicas que eviten los potenciales riesgos de segregación social. El proyecto ofrece herramientas que permiten desarrollar y repensar los barrios de las ciudades españolas, para que jueguen un nuevo rol en esta transición y se conviertan en entornos nuevamente atractivos para sus habitantes. La cartografía se divide en tres apartados. Las matrices de movilidad son la base de ¿Cómo nos movemos? Estos datos ayudan a describir a escala nacional cómo los ciudadanos se desplazan por motivos laborales de un lado a otro del territorio. Además, permiten proponer un escenario límite de reducción de la movilidad (que se asimila a los movimientos esenciales durante el confinamiento de la pandemia).
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