ANUARIO 2023 DE INFORME COTEC
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“Para evitar la expulsión de habitantes del propio barrio es clave contar con espacios productivos que permitan el trabajo en proximidad”, apunta la cofundadora de 300.000 Km/s. Por otra parte, para aquellas personas que puedan teletrabajar o cuyo empleo esté próximo a su domicilio, es importante garantizar una calidad urbana del entorno y que las viviendas sean habitables. Ocurre que determinados ámbitos, ya sea por la mala calidad de las construcciones o porque los pisos son pequeños, no disponen de espacios preparados para el teletrabajo. Es cierto que esta modalidad de empleo a distancia puede facilitar que se reduzca la movilidad. Pero para que eso ocurra, prosigue la arquitecta, “es necesario que exista una estrategia de país de cómo adoptarlo, para que la transición se haga con justicia, ya que existe riesgo de acentuar los desequilibrios actuales”. El estudio invita a tener en cuenta las carencias que son fruto de la propia movilidad. Las zonas urbanas que no disponen de una buena oferta de transporte público generan desigualdad, ya que la dependencia del vehículo privado es mayor. “Es decir, hay una serie de variables que tienen realmente una influencia en la reducción de la movilidad, que son básicamente a qué te dedicas, qué renta tienes y cómo es el entorno urbano en el que vives”, resume la arquitecta. Otro de los aspectos en los que incide el proyecto es en la definición de regiones del trabajo, a nivel supramunicipal o metropolitano. Los datos demuestran que, dentro de los distintos ámbitos territoriales, hay barrios –polos de centralidad– que tejen unas relaciones más fuertes entre ellos
a través de los desplazamientos laborales. Y en algunos casos se observa que existe una mayor capacidad de atracción entre determinados barrios. Más allá del tradicional enfoque hacia la vivienda, la investigación plantea que es importante orientar el planeamiento urbano hacia la planificación de los espacios productivos, tanto en el corto como en el largo plazo. “Hay que preparar suelo, mediante la planificación estratégica y sus distintas escalas, pero también hay que encontrar mecanismos para infiltrar los usos productivos en los tejidos urbanos existentes, de manera flexible y a corto plazo”, señala la investigadora. El estudio de Cotec demuestra que la ciudad de baja movilidad es un modelo muy atractivo para poder abordar la mitigación de la crisis climática. De hecho, ya existen en España muchos barrios en los que este paradigma es una realidad. El documento también identifica los espacios en los que existen riesgos, debido al sector productivo al que pertenecen sus habitantes o por las propias características del entorno urbano. Estos barrios, dicen, son los que requieren intervención. “Hay que facilitar la transición a los barrios con características más favorables y compensar a aquellos que más lo necesitan”, insiste la experta. De esa manera, añade, será posible diseñar políticas públicas que eviten los potenciales riesgos de segregación social. “La correcta organización territorial de las ciudades nos ayuda a avanzar en modelos urbanos de mayor equidad. Debemos corregirlas cuando funcionan mal y prepararlas para un futuro que ya se vislumbra”, concluye Santamaria.
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