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Todo sobre los “knocker ups” los despertadores humanos de inglaterra
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Antes de despertadores, golpeadores despertaban a la gente COMO ESTOS DESPERTADORES HUMANOS AYUDABAN A SU COMUNIDAD
Hasta los 1940s, los despertadores eran un lujo poca gente de la clase media trabajadora de inglaterra podían acceder. Lamentablemente, no podían depender de los despertadores en aquel entonces y como consecuencia algunas veces perdían citas o se quedaban dormidos. Por esta razón, contrataban a personas para que los despertaran. Este oficio se volvió popular durante la revolución industrial, sobre todo en ciudades donde florecía la innovación técnica, puesto que muchos residentes tenían trabajos de fábrica antes de que saliera el sol. En algunos pueblos, algunos escribían su horario afuera en unas tablas para que los despertadores humanos supieran a qué hora despertarlos. Estas tablas eran tan comunes que las personas se referían a ellos como “knocked-up boards” o tablas despertadores.
Estos ‘’knocker-ups” le pagaban unos pence cada semana para despertar a sus clientes antes de sus trabajos, y típicamente cada uno tenía una lista llena de clientes a diferentes horas. La cosa es que ellos no solo tocaban la puerta sino que usaban postes para tocar en las ventanas de habitaciones que quedaban en el segundo piso. Algunos hasta colocaban ladrillos o sonajeros al final de los postes para que hicieran más ruido. Típicamente, este trabajo lo hacían hombres mayores quienes eran muy mayor para seguir trabajando o mujeres que no necesitaban ganar dinero para proveer para sus familias. Los policías también consideraban como un trabajito adicional para ganar ingresos extras. Muchos de ellos después de la patrulla matutina, pasaban a despertar a clientes que vivían en su ruta.
La más famosa de todos los knocker-ups, y
supuestamente la última en existir fue Mrs. Molly Moore. Su madre era una knocker-up y Molly continuó su legado después de que su madre falleció. Este combo de madre e hija se volvieron famosas por sus métodos de tocar, en vez de usar postes altos, las dos usaban tubos de goma para disparar guisantes secos contra la ventana. Sea cual fuera el método, el knocker up no se iba sin antes despertar a su cliente y verlo ir para su trabajo. Mientras que quizás la historia se haya olvidado de estos héroes madrugadores, su confiable compromiso permitieron que miles de trabajadores llegaran a su trabajo a tiempo.
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