El IICA ante Covid-19 (Julio)

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La innovación tecnológica como catalizador de la recuperación post COVID-19 de las empresas agroalimentarias

premium, por la previsible reducción del poder adquisitivo de gran parte de los consumidores; • y consolidar las ventas en el mercado nacional en compensación de la caída de las exportaciones. Para mantenerse en el mercado, seguir siendo competitiva y afrontar la crisis eco- nómica provocada por la situación de la COVID-19, la empresa agroalimentaria no solo tiene que adaptar su operativa diaria a la nueva normalidad velando por la se- guridad de sus trabajadores y la inocuidad de su producción, sino que también debe anticiparse a los cambios de mercado y de consumo que se prevén a medio plazo como consecuencia de las negativas perspectivas económicas. Por ello, numerosas empresas agroali- mentarias han tomado conciencia de la ne- cesidad de seguir apostando por: • el uso de nuevas tecnologías para mejo- rar sus procesos productivos, organizati- “Las exigencias cada vez más altas, en términos de inocuidad alimentaria por parte del consumidor, se mantendrán. La compra de productos alimentarios de procedencia local también se ha visto reforzada durante la crisis.”

La crisis de la COVID-19 y el confina - miento han acelerado tendencias evolutivas de organización del sistema agroalimen- tario y de consumo que ya se estaban vis- lumbrando antes de la crisis. Por ejemplo, la creciente demanda de alimentos en tér- minos cuantitativos es una tendencia bien conocida. Hasta 2050, la producción de alimentos deberá aumentar en torno a un 70% para alimentar a la población mundial. El incremento de la demanda fue especial- mente intenso en las primeras semanas de confinamiento y ha forzado a las empresas alimentarias a hacer un enorme esfuerzo de ajuste de la oferta y también de comunica- ción. Entre otros aspectos, esta crisis ha pues- to de manifiesto la cuota cada vez más re - levante que va a pasar a ocupar la compra online como canal de comercialización para el sector alimentario. En términos cualitati- vos, no cabe duda de que, durante la crisis sanitaria, el consumidor se ha refugiado en la compra de productos alimentarios “segu- ros”, disminuyendo la tendencia a la adqui- sición de productos frescos a granel a favor de la compra de productos frescos envasa- dos. Las exigencias cada vez más altas, en términos de inocuidad alimentaria por parte del consumidor, se mantendrán. La compra de productos alimentarios de procedencia local también se ha visto reforzada durante la crisis. El sector agroalimentario se enfrenta a partir de ahora a retos derivados de la crisis económica ocasionada por el estado de alar- ma de los últimos meses: • reactivar el sector HORECA (hostelería, restauración, catering), que tendrá que reinventarse en gran medida mientras se restablece la actividad del sector turis- mo; • pensar en la reconversión de los nichos de mercado de productos alimentarios

vos y de comunicación • la consolidación de la implementación de tecnologías de información y comu- nicación • la inversión en I+D+i (investigación, desarrollo e innovación) en todas las etapas de la cadena de valor. “La innovación tecnológica es una he- rramienta fundamental, que no solo debe desembocar en el desarrollo de productos y servicios, sino que también debe abordar nuevos paradigmas de relación produc- tor-industria-distribución-consumidor, nue- vas formas de comercialización y nuevos modelos de negocio.” No cabe duda de que una de las claves de competitividad de las empresas del sec- tor, es seguir invirtiendo en actividades de I+D+i, para asegurar el desarrollo de pro- ductos y de servicios que respondan tanto a nuevos hábitos de consumo de la sociedad como a los retos de productividad y soste- nibilidad del sistema alimentario. La inno- vación tecnológica es, en este sentido, una herramienta fundamental, que no solo debe desembocar en el desarrollo de productos y servicios, sino que también debe abordar nuevos paradigmas de relación produc- tor-industria-distribución-consumidor, nue- vas formas de comercialización y nuevos modelos de negocio. En Europa, más del 90% de las empresas del sector agroalimentario son pymes. La inversión en I+D+i representa para peque- ñas empresas un esfuerzo económico signi- ficativo que les hace relegar este capítulo a la cola del funcionamiento de la organiza- ción. Teniendo en cuenta estas limitaciones de gestión internas, la realización de acti- vidades de I+D+i de modo colaborativo se presenta como una gran oportunidad para las empresas agroalimentarias, de por sí acostumbradas a colaborar con otros acto-

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