Blog Sembrando hoy la Agricultura del futuro
desnudaron las debilidades estructurales que se habían mantenido, o inclusive profundiza- do detrás de las cifras de crecimiento. “Espero que la distancia social que ahora se recomienda, sea algo diferente a la que se practica desde siempre en la región” Si la garantía de la disponibilidad, acce- so y aprovechamiento de los alimentos es un derecho humano y las actividades reque- ridas para lograrlo son reconocidas como vitales y si los agricultores, son señalados como héroes, junto con el personal de salud y los prestadores de otros servicios básicos; no resulta aceptable, ni siquiera coherente, las brechas existentes entre las condiciones de vida de la mayoría de los agricultores de pequeña escala y los consumidores medios de alimentos en América Latina, ni entre las de estos con los sectores más pobres de las grandes urbes. Espero que la distancia social que ahora se recomienda, sea algo diferente a la que se practica desde siempre en la región. Algunos indicadores de estudios recien- tes del IICA, la FAO y la CEPAL (www. agrirural.org), señalan que la pobreza es 1,8 veces mayor en las zonas rurales que en las urbanas; uno de cada dos pobladores rurales se encuentra en situación de pobreza, y uno de cada cinco pasa hambre; una de cada tres personas accede a infraestructura básica; 24 de 100 cuentan con una pensión de jubila- ción; una de cada tres, no posee cobertura legal de servicios de salud; solo uno de cada 10 hogares reciben prestaciones de seguridad social; alrededor del 40% de los pobladores rurales no tienen una educación secundaria completa; los productores agrícolas de pe- queña escala y baja productividad represen- tan más del 90 % del total de las explotacio- nes agropecuarias de la región y solo cuentan con el 23 % de las tierras agrícolas; las pér- didas de granos y ganado en ALC son del orden de USD 6.000 millones anuales. En el otro lado de la cadena de suministro en la región, más de 100 millones de perso- nas viven en tugurios; 34 millones no tienen acceso a agua y 106 millones no cuentan con
acceso a saneamiento básico adecuado; la cobertura de los servicios de agua y sanea- miento rural en el 2015 era semejante a la del sector urbano 25 años atrás; la diferencia entre el número de hogares con acceso a in- ternet entre los quintiles de mayor y menor ingreso son casi cuatro veces más en Chile y Costa Rica; entre ocho y nueve veces en el Uruguay, el Ecuador y el Brasil; 21 veces en el Estado Plurinacional de Bolivia, y 45 en el Perú. Ya hemos visto lo que esto significa en épocas de crisis en acceso a asuntos vita- les como las ayudas económicas, las finan - cieras, la prestación de servicios de salud, la educación y la posibilidad de obtener ayuda alimenticia. “el canal de mercado tradicional, compuesto por centrales mayoristas y mercados de ´ productores’ han sido opacados por la relevancia de la distribución moderna: los supermercados en sus diferentes formatos y el emergente ECommerce” Un último componente y actor esencial, “rescatado” a partir de su efecto en los conta- gios con el Covid 19 es el canal de mercado tradicional, compuesto por centrales mayo- ristas y mercados de “productores”, opacados por la relevancia de la distribución moderna: los supermercados en sus diferentes forma- tos y el emergente e-commerce. Esencial, como se ha evidenciado, para los pobladores que sustentan su alimentación con ingresos del día a día, o que no tienen espacios ade- cuados para almacenamiento o refrigeración de los productos. Los lineamiento de política para la mejora de la competitividad de estos mercados en el Perú y un censo realizado en el país en 2016, presentan indicadores que ponen en una real magnitud su papel: un 56% de los hogares adquieren los alimentos
en este circuito a nivel nacional; existen en el país 2 612 mercados de este tipo, 88% en zonas urbanas y 12% en zonas rurales. En muchas ocasiones funcionan como pla- taformas de consolidación y redistribución de productos y a su alrededor se desarrollan “cluster” de negocios comerciales diversos, formales y ambulatorios. Solo 56% cuentan con licencia de funcionamiento. “Se requiere pensar y actuar en la búsque- da de cambios estructurales que nos lleven a un real desarrollo sostenible” Visto lo anterior, realmente lo anormal es que gran cantidad de los circuitos que conforman la cadena de abastecimiento y distribución de alimentos en América Latina no se rompa, ni se detenga. No deberíamos, después de cuarentenas de más de 100 días, y de todo el proceso de recuperación y reac- tivación, tener por meta volver a esa norma- lidad precaria por inequitativa y excluyente. Se requiere pensar y actuar en la búsqueda de cambios estructurales que nos lleven a un real desarrollo sostenible. ¿Serán suficien - tes los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como guía? Las metas para el 2030 deberían revisarse y actualizarse, probable- mente no solo en indicadores de resultados.
Hernando Riveros es consultor, exfun- cionario del IICA. Sus áreas de especia- lización son: agregado de valor a pro- ductos de origen agropecuario, gestión de cadenas y circuitos agroalimentarios, vinculación de la agricultura familiar y la PYME rural con los mercados y la di- namización económica local en procesos de desarrollo territorial. Nota: Las opiniones expresadas en este seminario son responsabilidad del expositor y no reflejan necesariamente la opinión del IICA.
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El IICA ante el Covid-19
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