El IICA ante Covid-19 (Julio)

Blog Sembrando hoy la Agricultura del futuro

“Sin grandes inversiones fijas que lastraban su desempeño económico y financiero en el pasado, las empresas cooperativas agrarias, tienen hoy -modificando sus modelos de negocios- la oportunidad de valer lo mismo que las grandes corporaciones” Los “ganadores” de la pandemia del COVID-19

Quizás una pregunta que habría que ha- cerse hoy día, cuatro meses después que la pandemia del Covid-19 explotó en Améri- ca, es: ¿Quiénes van a ser los ganadores de la pandemia? A partir de contestar este in- terrogante, poder explorar las opciones es- tratégicas de la producción agrícola en ge- neral, la producción familiar y las empresas cooperativas con sus sistemas comerciales, para pararse frente a los nuevos escenarios y a un comportamiento diferente de los mercados, sus operadores comerciales y los consumidores. “Los ‘ganadores’ son los que modifiquen inteligentemente sus modelos de negocios, sus estrategias comerciales y , las tecnolo- gías aplicadas a sus procesos productivos” En mi opinión, los “ganadores”, si es que se puede plantear así y no es una fal- ta de sensibilidad y respeto hacerlo, pero asumiendo que en la salida hacia “la nueva normalidad”, algunos agentes económicos y actores sociales van a salir mejor parados, éstos van a ser aquellos dispuestos a aco- meter los desafíos que se les presenten, los dispuestos a innovar, los que no se queden cruzados de brazos, esperando todo vuelva a ser igual que antes de marzo de 2020. Los “ganadores” de la pandemia van a tener que luchar a brazo partido, con perseverancia y sacrificio, pero antes que nada con inte - ligencia y creatividad. Los que modifiquen inteligentemente sus modelos de negocios, sus estrategias comerciales y las tecnolo- gías aplicadas a sus procesos productivos. Nada va ser a igual. Nada ya hoy es lo mismo. Hoy a fines del mes de julio de 2020 nuestras vidas, hábitos, costumbres, fortale- zas y debilidades, han dado una vuelta de campana. Cómo nos adaptemos a ello y re- accionemos nos permitirá ocupar un mejor lugar en el mundo y digo mejor, y no nuevo, porque nuevo lo va a ser de cualquier ma- nera para todos, el asunto es si el lugar que conquistamos será para mejor o para peor. La economía en general va a sufrir (está

alimentaria, se generan por la crisis eco- nómica y social. El aumento de la pobre- za, la indigencia, la vulnerabilidad de más sectores de población. Cae la capacidad de compra de los ciudadanos y cae la demanda efectiva. No obstante, la alimentación pasa a ser responsabilidad de los gobiernos, del sector público. Pasa a estar en manos de las instituciones públicas de protección social y se solventa con programas de compras pú- blicas y distribución de alimentos. Canastas físicas de alimentos o canastas virtuales a través de vales electrónicos o tarjetas para el acceso a los alimentos. La crisis alimentaria es por la caída en la capacidad de compra y por tanto en la demanda de alimentos. En las grandes ciu- dades de LA y sus extensas áreas metropo- litanas: São Paulo, Río de Janeiro, Caracas, Ciudad de México, Buenos Aires, Santiago de Chile, Lima, necesitan alimentar millo- nes de personas, lo que obliga a repensar los programas de protección social y emergen- cia social. Nuevas alianzas, nuevas formas de negocios y diferentes modelos de abas- tecimiento. Allí los gobiernos y las institu- ciones públicas orientadas a abastecer a los sectores más pobres de la población van a buscar la seguridad y la fiabilidad, calidad e inocuidad de los abastecedores. Las grandes multinacionales, las grandes empresas agro- alimentarias y consorcios internacionales y cada una de sus filiales, son los proveedores capaces de responder a una demanda insti- tucionalizada. Oportunidad para las cooperativas Las cooperativas tienen una gran opor- tunidad. Verticalizando sus procesos de integración productiva, acondicionamiento de los productos, distribución, logística y mercadeo. Y no necesariamente teniendo que hacer todo o invertir recursos propios (de sus socios) en nuevas funciones de producción y comercialización. Haciendo alianzas con el Estado (público – privadas)

sufriendo) un severo cuasi colapso. Lati- noamérica va a contraer sus economías en casi un 10 %. Todos vamos a ser un 10 % más pobres al cerrar este año. El sector agropecuario, agroindustrial o agroalimentario es quizás uno de los que ha salido – hasta hora – menos golpeado. Si bien la demanda de productos agrícolas y de alimentos tuvo un “frenazo” en los meses de marzo, abril y mayo, poco a poco y de la mano de la reactivación de las economías se ha ido recuperando. Otras fórmulas comer- ciales, otros mecanismos de negociación y condiciones de acceso más severas, pero la misma necesidad de abastecimiento. Las medidas de cuarentena, restriccio- nes a la circulación de personas y el cierre de fronteras han sido menos críticas para el sector agropecuario que para otros. El sec- tor turismo ha colapsado y las industrias vinculadas están en grave situación y van a requerir de apoyos de los estados para recu- perar su actividad. Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y el agro, hasta ahora son las que muestran una mejor posición de partida en la “nueva normalidad”. Por allí quizás vaya una pista de cómo pararse en un nuevo escenario de negocios. Pero reflexionemos sobre lo que estamos viendo hoy mismo en las grandes urbes de Latinoamérica (LA). El hambre y la crisis “Los ‘ganadores’ son los que modifiquen inteligentemente sus modelos de negocios, sus estrategias comerciales y , las tecnologías aplicadas a sus procesos productivos”

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