06. LA POLÍTICA DE INNOVACIÓN EN GALICIA
6.3. Redes de
Universidad de Santiago de Compostela ocupa el quinto lugar dentro de las universidades españolas en prestación de servicios, y el décimo en ingresos generados por licencias. En este sentido, no llama la atención que la propensión a la colaboración de las empresas gallegas con universidades sea una de las más altas de España, muy por encima de otras autonomías como Madrid o Cataluña, con una importante trayectoria de excelencia investigadora (ver Figura 12). Una de las principales características del tercer el plan de I+D (2006-2010), fue el apoyo a la formación de redes de colaboración para la innovación entre empresas y otros agentes del sistema gallego de innovación. En particular destacan entre estos nuevos instrumentos, el fomento a las redes de excelencia y la creación de las llamadas plataformas tecnológicas, que involucraban a empresas del mismo sector y a otros agentes del sistema gallego de innovación como universidades y centros tecnológicos. La política de redes de excelencia ha gozado de una gran estabilidad hasta nuestros días. En cuanto a las plataformas tecnológicas, no existe un consenso sobre su impacto en la situación actual, aunque parte de los expertos coinciden en que algunas de estas plataformas fueron el germen de nuevas iniciativas, como la formación de clústeres en sectores emergentes. El cuarto plan de I+D (2011-2015) redujo sustancialmente el número de instrumentos -algunos de ellos relacionados la formación y consolidación de redes de innovación-, para centrarse en instrumentos financieros reembolsables. No obstante, una de las iniciativas que apareció en este plan, es el apoyo a la formación de unidades mixtas de investigación. Como vimos anteriormente (ver Figura 26), este instrumento también ocupó un lugar relevante dentro de la cartera de instrumentos de la RIS3 (2014-2020).
colaboración
La política de I+D en Galicia, al igual que en otras regiones de España y el mundo, comienza como una política de apoyo a la I+D universitaria (Varela- Vázquez, et al., 2021). Las casi nulas ayudas a la I+D empresarial en Galicia antes del año 1990, fueron sin duda un importante obstáculo para la colaboración público-privada en materia de innovación. Uno de los primeros vínculos entre agentes del sistema gallego de innovación fueron los contratos directos entre empresas y grupos de investigación de las universidades. Fue particularmente importante durante esta época el crecimiento de dichos contratos para actividades apoyo técnico y prestación de servicios en los sectores de salud, farmacéutico, industria, pesca o medioambiente (González-López, 2000). En este sentido, parece natural que las políticas públicas de los dos primeros planes de I+D en Galicia (1999-2001; 2002-2005), en lo que respecta a innovación abierta, se centraran exclusivamente en la relación universidad-empresas. Durante esta primera época de escasa interacción entre agentes de sistema gallego de innovación, es importante destacar el papel pionero de la Universidad de Santiago de Compostela con programa de UNIEMPRENDE en el que, entre otros servicios (como, por ejemplo, una incubadora de empresas), se contaba incluso con una sociedad de capital riesgo (Unirisco) para apoyar el emprendimiento innovador. Así, de las 18 spin- offs creadas en España hasta el año 2000, tres de ellas provenían de universidades gallegas. Aunque a partir de ese año la creación de spin-offs creció en toda España, en el periodo 2009-2018 las Universidades de Santiago de Compostela, Vigo y A Coruña ocuparon las posiciones 8, 9 y 11 en este rubro dentro del total de universidades españolas (Red OTRI). En general, los datos de Red OTRI muestran la relevancia de la interacción entre las universidades gallegas y su entorno. Sólo como ejemplo, la
Muchos de los instrumentos de la RIS3 incorporan de manera explícita alguna forma de colaboración
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