LA INNOVACIÓN ABIERTA EN GALICIA
entre los agentes del sistema gallego de innovación, o la transferencia de conocimiento. Esto es especialmente cierto en el caso de los programas Conecta Peme, Unidades mixtas de investigación, el apoyo a los Centros Tecnológicos y el programa Ignicia. En opinión de algunos expertos, el programa Conecta PYMEs, de la mano de una mayor diversificación de la actividad productiva reciente, implicó un cambio significativo en la posibilidad de desarrollar redes de colaboración para proyectos innovadores. Por ejemplo, uno de ellos explicó que: “Hasta 2014, era complicado hacer proyectos colaborativos en Galicia, porque no existía una masa crítica de potenciales socios en sectores emergentes, y las convocatorias estaban muy alineadas a la colaboración con las grandes empresas, que son muy pocas. Eso cambió con la convocatoria de Conecta Pyme”. La apuesta del Gobierno de Galicia por el desarrollo de sectores emergentes también forma parte de su política de innovación abierta. Un caso interesante de desarrollo reciente es la biotecnología. La creciente relación de la investigación universitaria con su entorno (mediante contratos con empresas o creación de spin offs), especialmente en áreas como la farmacéutica y la salud, generó alguna masa crítica que atrajo la atención de las autoridades en materia de política de innovación. De la Sociedad para el Desarrollo Industrial de Galicia (SODIGA), creada por encargo del Instituto Nacional de Industria de España en 1972, surgió la gestora pública de entidades de capital riesgo XesGalicia.
Su implicación, junto con Unirisco (comentada anteriormente), en actividades de financiación en el sector biotecnológico gallega ha sido fundamental en la generación de dicha masa crítica, que se cristalizó en la aparición del clúster Bioga en 2010. El apoyo público al impulso del sector de biotecnología se institucionalizó con la Estrategia de Impulso a la Biotecnología 2016-2020, cuya ejecución se realizó a través de algunos de los instrumentos comentados en la sección anterior, como los programas Conecta Peme o las Unidades mixtas de investigación, entre otros. Desde el año 2012, Galicia figura entre las tres CCAA con mayor creación de empresas de biotecnología (Informes AseBio). El porcentaje del sector dentro del PIB gallego (0,16%) está en la quinta posición a nivel nacional, muy cerca de Madrid (0,17%) y Aragón (0,20%), y algo más lejos de Cataluña (0,78%) y Cantabria (0,35%) (Informe AseBio, 2019). Otro sector emergente en años recientes es el de tecnologías de la información (TIC). Por ejemplo, la contribución al PIB gallego del sector de programación, consultoría y servicios de información se multiplicó por 4,5 en el periodo 2000-2018. Actualmente algunas empresas de este sector son referencia a nivel internacional, suministrando servicios a las más grandes compañías del mundo. Desde el punto de vista de la política de innovación, programas como el de Consolidación y Estructuración de unidades de investigación competitivas (comentado arriba), han dado apoyo a grupos emergentes de investigación relacionados con este sector, y que han servido de referencia para la investigación aplicada y la generación de spin offs. De acuerdo con los expertos, en esta área ha resultado fundamental también el programa Ignicia, para el desarrollo de pruebas de concepto, y el apoyo universitario al emprendimiento.
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