En esta investigación se muestra que una de las posibles explicaciones de esta evolución, hasta cierto punto contraintuitiva, es la innovación abierta. La investigación científica ha mostrado que la colaboración no es solo una parte clave de la estrategia de las empresas para explotar el conocimiento externo (Cohen & Levinthal, 1990), sino también un mecanismo para enfrentar obstáculos en el desarrollo de proyectos innovadores complejos, de alto riesgo o costosos (Miotti & Schwald, 2003). De esta forma, una de las motivaciones de los agentes para realizar proyectos colaborativos de innovación, es sin duda la posibilidad de compartir riesgos y costes. En el periodo 2004-2016, Galicia pasó de ser una de las regiones con más incipientes redes de colaboración en Europa, a situarse entre el 50% de regiones con PYMEs más colaborativas, sólo por detrás del País Vasco dentro de las autonomías españolas. Del mismo modo, y también junto con el País Vasco, Galicia es la autonomía que más innovaciones realiza en colaboración con otros socios (cerca de la tercera parte de sus innovaciones de productos). La posibilidad de externalizar actividades de innovación a partir de la colaboración con universidades y, más recientemente, con centros tecnológicos y clústeres, permitió a muchas PYMEs esquivar algunos obstáculos a la innovación íntimamente relacionados con la escala de producción.
Desde el punto de vista de las políticas de innovación, resulta interesante el papel de la política autonómica que actuó como un financiador contracíclico en el periodo posterior a la crisis, aumentan el gasto más rápidamente que los fondos provenientes de la administración general del estado. Es particularmente importante papel que cobraron los instrumentos específicamente dirigidos a fomentar la innovación abierta de las PYMEs, como la convocatoria Contecta Peme. También ha resultados fundamental el apoyo a los centros tecnológicos, aunque esta financiación sigue estando muy por debajo del caso de otros centros tecnológicos en España. El estudio del caso gallego constituye una contribución al debate sobre los sistemas regionales de innovación, porque ilustra la posibilidad de sobreponerse a los obstáculos financieros mediante la formación de redes de innovación. Por otra parte, este tipo de sistema de innovación apunta hacia una nueva taxonomía de las regiones innovadoras de Europa. Al igual que Galicia, otras regiones europeas como Leipzig, Brandeburgo, Alsacia, Alentejo, Yorkshire, Gales, Drente o Utrecht, siguen un patrón similar en el que el desempeño innovador parece beneficiarse de la relación de sustitución entre gasto y colaboración para la innovación. Por supuesto, el margen de mejora para Galicia es amplio, y la identificación de los factores de éxito es clave para definir el rumbo de cara al futuro. Esta investigación pretende ser una contribución para caminar en esta dirección.
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