360 UDEM No.5- La inteligencia emocional

TWITTER Y ¿CARISMA? AL SERVICIO DE LA NACIÓN

la que vive, al punto que las verdades y los hechos no necesariamente coinciden. La agenda de Trump es clara, impositiva, misógina, y hace clic con su electorado. Se ve a sí mismo como un luchador y la única persona que puede hacer algo por EUA. No lejos está aquel celebre Photoshop de la cabeza del expresidente sobre el cuerpo de Rocky Bal- boa. Claro que, en su discurso, a veces pareciera que él va antes que America . Es justo America First lo que nos lleva al tercer elemento para entender el capital político personal de Trump. El capital político personal se acumula a lo largo del tiempo, y la personalidad se vuelve notoria cuando retoma su ambiente. Quizá el punto más rele- vante para entender por qué 74 millones de ciudada- nos votaron por él es esto: Donald Trump representa a una enorme parte de la sociedad estadounidense (¿a la mayoría? Debatible). El estereotipo de las y los Ka- ren existe por una razón, porque hay gente que camina por las calles sin cubrebocas y quejándose del resto del mundo que no hace lo que ellos quieren. Estados Unidos tiene serios problemas de inequi- dad, racismo, segregación y discriminación en todas sus formas y colores. Las personas que defienden ese statu quo también votan. Poco importa que Trump represente al 1%, porque hay una historia de dinero y poder, porque trató a EUA como a un negocio y porque a la gente se le olvida que sus negocios se han declarado en bancarrota unas seis veces. Tres

No debe entenderse que Trump es el único presidente de EUA cuya política exterior ha sido, por decirlo de alguna manera, problemática. Obama tiene récords por deportaciones de mexicanos y Bush hijo ya había construido partes del muro, por ejemplo. Si retoma- mos el bloqueo del Órgano de Apelaciones de la Or- ganización Mundial del Comercio, en estricto sentido este inició con Obama. Lo que difiere con Trump es la diplomacia detrás. En política exterior es difícil que EUA no sea pro- blemático —por algo es el “hegemón”—; pero hasta el “hegemón” sabe, o debería saber, que el uso de la fuerza tiene límites y las estrategias de la Guerra Fría no funcionan como antes. Como dice Joseph Nye en su libro Soft Power: The Means To Success In World Politics (2004), los países necesitan del “soft power” para cumplir sus agendas. La diplomacia de Trump —dependiente de Twitter— fue para el poder blando de EUA, lo que un elefante, usando patines por primera vez, en una tienda de cristales. Hay quienes consideran que Trump personifica al líder carismático de Max Weber. En el imaginario co- lectivo, Trump no pareciera cumplir con lo básico de lo que uno asumiría como carisma, pero no se trata de compararlo con V, de la banda coreana BTS. Para We- ber, quien ejerce liderazgo carismático es una persona cuyos idearios son más relevantes que la realidad en

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