China aprobó la construcción de cinco unidades nucleares para reducir el carbono y apuntar a objetivos climáticos.
aire. De la inmunidad colectiva al co- mercio electrónico, el gobierno chino siempre mantuvo la tenacidad que le acompaña desde su surgimiento, y con la misma firmeza puede rescatar la voluntad de los chi- nos y que siempre esté orientada al futuro. En marzo de este año, China presentó el borrador del Decimocuarto Plan Quinquenal, el modelo estra- tégico para todos los aspectos del desarrollo nacional hasta 2025. En este documento hay una fuerte carga de metas orientadas hacia el mejoramiento del aspecto ecológico y ambiental de China. Esto es importante no solo al interior, sino para el mundo entero, considerando que la huella ecológica de China es 1.6 “hectáreas glo- bales” —es decir, cada persona necesita 1.6 hectáreas de tierra biológicamente productiva para satisfacer las demandas de su estilo de vida. Para contrarrestar los efectos de una crisis ecológica, el gobierno chino utilizó las herramientas que tiene a la mano. Desde hace varios años, la Presa de las Tres Gar- gantas —una de las proezas arquitectónicas más impor- tantes del mundo— ha alimentado el consumo eléctrico de China continental. Hoy en día también es un sitio de- dicado a la pesca y a la conservación de plantas, ya que la ecología y la energía pueden ir de la mano. Por otro lado, el South Morning China Post repor- tó este año que China aprobó la construcción de cinco unidades nucleares para reducir el carbono y apuntar a objetivos climáticos, entre los que destacan un descen- so en las emisiones de carbono para 2030 y que el país sea libre de carbono para 2060. El futuro pospandemia fluctúa entre una lejanía y una cercanía que, con el pasar de los meses, parecen fronteras ambiguas. Por ello, ningún país —ni siquiera el gigante asiático— puede actuar solo. Mientras las naciones del mundo terminan de ponerse de acuerdo sobre “quién tuvo la culpa de qué”, China deja algo claro: es de los primeros en pisar este mundo… y llegó para quedarse.
acceso a internet, por lo que las empre- sas chinas desarrollaron estrategias orientadas a ese canal. Esto fomentó el desarrolloeconómicodomésticoque el gobierno tanto ansía.
Hace unos meses, The Economist abrió el año con una edición titulada El gran centro comercial de China : por qué los minoristas de todo el mundo deberían mirar a China . En ella se hicieron una serie de comparacio- nes con la capacidad de adaptación al mundo virtual por parte de grandes almacenes estadounidenses como Walmart, al igual que las estrategias implementadas por empresas virtuales, como Amazon. Los resultados apuntan que ninguna de ellas compite con el comercio virtual chino, valuado en alrededor de dos trillones de dólares —más que Estados Unidos y Europa juntos. Esta tendencia no es nueva, ya que sus inicios pueden verse desde el comienzo del siglo XXI. Una empresa que, en un principio hacía gestiones pura- mente B2B ( Business to Business ) al vincular a fa- bricantes chinos con distribuidores, sorprendió al mundo al entrar al mercado en 2014 con la oferta pública inicial más grande del mundo. Se trata de Ali- baba, especializada en comercio electrónico, internet y tecnología, valuada en alrededor de 645 billones de dólares (abril de 2021). A pesar de su gran valor, Alibaba recibió reciente- mente una multa récord de 2,800 millones de dólares por comportamientos anticompetitivos. Este y otros golpes que el gobierno chino le ha dado a la empresa han hecho que otros corporativos, como Meituan y Pin- duoduo, hayan desarrollado más y mejores estrategias para permanecer a la cabeza del comercio electrónico. Y, claro, la sociedad china parece abrazar la libre com- petencia con ensimismada facilidad. UNA VISIÓN HACIA EL FUTURO Habiendo presenciado el resurgimiento de China como potencia mundial, aún quedan muchas preguntas al
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