Al igual que el alcohol, el cannabis afecta el juicio, la coordinación y el tiempo de reacción, lo que hace que actividades como conducir sean especialmente peligrosas. Se ha demostrado que el consumo prolongado de cannabis interfiere directamente con el desarrollo cerebral de maneras que pueden persistir más allá de la adolescencia.
O
Inhalar cannabis, ya sea fumándolo o vapeándolo, puede irritar los pulmones y dificultar la respiración.
La memoria y el aprendizaje disminuyen, lo que dificulta la concentración, la retención de información y el buen desempeño escolar.
S
El estado de ánimo y la salud mental se ven afectados, y el consumo frecuente está asociado con un aumento de la ansiedad y la depresión.
El tiempo de reacción se vuelve más lento, aumentando el riesgo de accidentes, toma de decisiones deficientes y dificultades con actividades que requieren pensamiento rápido.
El consumo de alcohol y cannabis durante la adolescencia puede alterar de forma permanente las vías cerebrales responsables de la toma de decisiones, el control de impulsos y la regulación emocional. Lo que puede parecer una elección inofensiva ahora, podría tener consecuencias a largo plazo.
14
Made with FlippingBook. PDF to flipbook with ease