Iniciando la Conversación La comunicación resulta más eficaz cuando todos los participantes se sienten conectados y dispuestos a colaborar. La mejor manera de lograrlo es solicitar permiso para hablar. Cuando llegue el momento adecuado para iniciar la conversación, use preguntas que empiecen con «cómo», «por qué» y «qué» para ayudar a su hijo a analizar diferentes situaciones que podrían involucrar el consumo de alcohol.
«Últimamente he estado pensando en algo y me gustaría que lo habláramos un rato. ¿Te parece bien?»
Las preguntas que comienzan con «cómo», «qué» y «por qué» pueden fomentar el intercambio de ideas. Ayudan a los hijos a practicar el pensamiento racional sobre las ventajas y desventajas de diferentes alternativas. Hacerles preguntas abiertas permite a los niños desarrollar habilidades de pensamiento que les ayudan a resistir las emociones del momento. En lugar de indicarles qué hacer o qué está bien o mal, podría preguntarles: ¿Cómo afrontarías una invitación a una fiesta en la que habrá chicos mayores que tú? ¿Qué podrías decir? ¿Por qué crees que es peligroso consumir alcohol, cannabis u otras sustancias?
Al motivar a su hijo a analizar estas situaciones por sí mismo, le ayuda a desarrollar la confianza y las habilidades para tomar decisiones que necesita para enfrentar los retos de la vida real de forma segura.
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