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primera vez la existencia de, y una relación causal entre, la angustia y lo que más tarde llamó el estado traumático.
II. B. El inconsciente topográfico: el sistema Icc. 1900 – 1923 Según el primer modelo topográfico del aparato psíquico, el inconsciente (como sustantivo) tiene cierto contenido relativo a las representaciones reprimidas de las pulsaciones, que sólo se activa a través de la condensación y el desplazamiento, de acuerdo con el proceso primario de la energía móvil. Estas representaciones inconscientes sólo pueden acceder al sistema preconsciente/consciente cuando tienen una gran cantidad de energía libidinal (también traducido como “carga energética”, “investidura” o “catexis”). Sin embargo, debido a la censura del preconsciente, este proceso siempre se presenta como una formación pactada (o de compromiso), evidenciada por los síntomas, sueños y actos fallidos. Freud se dio cuenta, especialmente a través del estudio de los sueños, de que el inconsciente tiene que ser competente, no sólo a través de su falta de conciencia sino también mediante su forma de trabajar. Esto le llevó a introducir el concepto de los procesos primarios. En el capítulo siete de “La interpretación de los sueños”, Freud reparó en la absurdidad onírica, la cual no puede atribuirse simplemente a la labor de la censura. “No podemos, pues, rechazar la hipótesis de que en la formación de los sueños participan dos procesos psíquicos esencialmente diferentes. Uno de ellos crea ideas latentes completamente correctas y de valor igual a los productos del pensamiento normal; en cambio, el otro maneja tales ideas de un modo extraño e incorrecto” (Freud, 1900, p. 597). El proceso primario y el proceso primario del simbolismo inconsciente de los sueños se caracterizan por tener una carga de energía psíquica que fluye libremente, sin impedimentos, gracias a los mecanismos de la condensación y el desplazamiento. Gracias a la libertad con que puede transferirse esta energía, se construyen las ideas intermedias , que vienen a ser pactos o concesiones logrados gracias a la condensación. El sistema lógico vinculado a la realidad – el proceso secundario y su simbolismo lingüístico – no incumbe al proceso primario. Por encima de todo, esto atañe a la ley de la contradicción. Existen pensamientos contradictorios que conviven sin destruirse los unos a los otros. Pueden yuxtaponerse como si no existiera contradicción alguna y formar transacciones que el pensamiento despierto nunca podría tolerar. Además, en el proceso primario, las representaciones se transfieren sus intensidades, estableciendo “relaciones muy sueltas entre sí ” (ibíd. p. 596). En lo que atañe a los procesos irracionales del inconsciente, a pesar de que Freud empezó dando un papel decisivo a la censura, al final acabó por otorgar una posición más dominante al proceso primario y las representaciones lógicas de la conciencia. Freud señala que los procesos irracionales “son los procesos primarios, los cuales surgen siempre que las representaciones son abandonadas por la carga preconsciente, quedando entregadas a sí mismas y pudiendo realizarse con la energía no coartada de lo inconsciente, que aspira a una derivación” (ibíd. p. 605). Por esta razón, el proceso
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