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II. B. La teoría topográfica y la primera teoría de la ansiedad (1900-1920) A medida que Freud procedía con su autoanálisis, fue entendiendo los conflictos como algo cada vez más interno. En su conceptualización del conflicto interno reemplazó los afectos por los instintos y postuló que también existían fuerzas prohibitivas dentro del individuo (Freud, 1900; Freud, 1905a, b). En “La interpretación de los sueños” (1900) lanzó la hipótesis de que estos conflictos se dan entre las estructuras de la consciencia y el inconsciente. La estructuración interna del conflicto psíquico no se advierte hasta en “La interpretación de los sueños” (1900) que, por otro lado, representa la fundación oficial del psicoanálisis. La teoría del complejo de Edipo (Freud, 1900) define todos los parámetros del conflicto evolutivo (Freud, 1905b) dentro del contexto de las relaciones de objeto iniciales con la madre, el padre y la pareja parental, así como con los hermanos. En tal caso, el amor y el deseo colisionan con hostilidad y sentimientos homicidas que, a su vez, entran en conflicto con la realidad familiar y social. Los conflictos internos fueron elaborados y entendidos como conflictos entre los instintos sexuales y los autoconservadores (Freud, 1910a; Freud, 1911a; Freud, 1914; Freud, 1915a, b, c). Este período fue crucial para la teoría del conflicto de Freud. En “Los dos principios del funcionamiento mental” (Freud, 1911), Freud describió las vicisitudes del desarrollo del principio del placer frente al de realidad. El punto en el que descansa la distinción entre ambos principios es la relación del sujeto con el dolor. El principio del placer se entiende mejor como el principio del odio al dolor, que busca el placer para alejar y ocultar el dolor. Para ocultar el dolor, la mente fantasea o alucina una satisfacción que no existe. Cuando la mente se da cuenta de que las alucinaciones no crean una satisfacción real, aprende a acomodarse a la realidad, incluso si ello comporta dolor: “La decepción ante la ausencia de la satisfacción esperada motivó luego el abandono de esta tentativa de satisfacción por medio de alucinaciones, y para sustituirla tuvo que decidirse el aparato psíquico a representar las circunstancias reales del mundo exterior y tender a su modificación real. Con ello quedó introducido un nuevo principio de la actividad psíquica. No se representaba ya lo agradable, sino lo real, aunque fuese desagradable. Esta introducción del principio de la realidad trajo consigo consecuencias importantísimas” (Freud, 1911a, p. 219, énfasis en el original). La afirmación de Freud sobre la mente que decide “formar una concepción de la realidad” será el punto de partida de las teorías de Bion. Hay un cambio sutil en la terminología que se hace evidente en este artículo, cuando Freud se refiere por primera vez al conflicto entre el placer y la realidad, primero como principios y luego como aspectos diferenciados del yo. La atención sobre el yo y su escisión en dos orientaciones distintas hacia el mundo define el comienzo de lo que más tarde Freud llamaría “psicología del yo”, que anticiparía la teoría estructural de 1923. Lo que el yo no puede soportar, lo reprime, dañando la capacidad de la conciencia de contactar con la realidad.
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