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constituye, estructura e informa el mundo interior de cada uno . Se podría calificar justamente de “ punto de vista dramático ” y una añadidura a las premisas clásicas – dinámica , topográfica, económica, genética y estructural – de la metapsicología freudiana. Entendida así, la fantasía inconsciente juega un papel muy importante en la comprensión de conductas, sentimientos y carácter del paciente, cosa que puede llevar a entender la transferencia como una manifestación o externalización de la fantasía inconsciente y el camino real a su comprensión. Son varios, sin embargo, los que muestran reservas en torno a la objeción de Klein a esta idea, ya que puede hacer sentir culpable al paciente de un problema de contratransferencia del analista. La influencia del pensamiento de Bion en América del Norte deriva, en parte, del tiempo que vivió en California durante los últimos años su vida. Allí un grupo de analistas estadounidenses estuvieron directamente expuestos a sus enseñanzas. Además de Grotstein y Ogden, también Harold Boris (1986, 1989), quien llevó las reflexiones de Bion a Boston, fue una fuente de influencia bioniana en toda América del Norte. Se piensa que Bion decidió irse a vivir a América para evadir las tensiones que conlleva el hecho de pertenecer a un grupo, el grupo de Klein de Londres, del cual era un miembro destacado. Como indicó en su trabajo posterior, sentía que la pertenencia a un grupo – y, más aún, la clase de notoriedad que había alcanzado – desata tensiones inevitables que pueden conducir a la conformidad y la inmovilización, en lugar de estimular la creación y el descubrimiento de nuevas ideas. Esta tendencia, así como su debate entre el “místico” (individuo creativo) y el “establecimiento” (el grupo) fue algo que advirtió y combatió toda la vida. La influencia de Bion en América del Norte refleja estas opiniones, sobre todo porque se mostró inflexible ante la idea de crear una escuela “bioniana” o enseñar a la gente a analizar como él hizo. Esto es característico del “Bion tardío”, como lo es su énfasis en la autonomía del analista, su búsqueda y necesidad de ser creativo y hacer frente al cambio, incluso al “cambio catastrófico” que Bion pensaba que se producía durante el desarrollo. El “ tercer analítico ” de Ogden (Ogden, 1994), el “ ensueño ” de Bion y el “ sueño diurno ” (Bion, 1962), así como la “ transidentificación proyectiva ” de Grotstein (2005, 2008) pueden verse como ampliaciones del inconsciente formuladas desde la teoría de las relaciones objetales y como descripciones del posicionamiento mental del analista derivadas de tales reflexiones sobre el inconsciente. Estos avances son indispensables para que un encuentro analítico sea un “asunto de dos” (Bion, 1978). En este sentido, la “ transidentificación proyectiva ” de Grotstein (2005, 2008, 2014) hace referencia al aspecto comunicativo inconsciente de la “ inducción mutua ”, conectada al funcionamiento “binario” del inconsciente y entendida como la compensación recíproca entre procesos simétricos primarios y asimétricos secundarios . De hecho, puede relacionarse con la conceptualización de la lógica inconsciente del latinoamericano Ignacio Matte-Blanco (ver más abajo); mientras que el inconsciente ampliado de Bion y Ogden, puede conectarse con la elaboración todavía más extensa de dos excelentes teóricos italianos, Antonio Ferro y Giuseppe Civitarese. Todas estas
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