Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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pictograma para referirse a un nivel de “representación” no verbal inconsciente del encuentro corporal del niño con su cuidador (las zonas erógenas y sus objetos parciales), cuando éste ignora por completo la dualidad que lo compone. Guy Rosolato (1969) ha introducido el concepto de significantes de demarcación con la misma finalidad de señalar los significantes fuera del lenguaje y Didier Anzieu (1995) ha acuñado el término significantes formales para defender su teoría del yo-piel. Incluso Jean Laplanche – que se había opuesto rotundamente a la idea de que el inconsciente estaba estructurado como un lenguaje – introdujo los términos significantes enigmáticos y significantes designados . Siempre que los analistas han adoptado el concepto de significante de Lacan, han transgredido su significado exclusivamente lingüístico y, por consiguiente, han permanecido más cerca del concepto freudiano de inconsciente. De esta manera, oponiéndose a Lacan, Laplanche (1999a) sostuvo que el inconsciente no está estructurado como un lenguaje, ya que en él no existe un código o mensajes. El inconsciente está hecho de significantes aislados desprovistos de cualquier “referencialidad”. Para tomar distancia del significante lacaniano, Laplanche cambió sus significantes enigmáticos por mensajes enigmáticos . Al sustituir la idea de la represión de Freud por la de “ traducción ”, Laplanche (1999b, 2011) abrió las puestas a una explicación intersubjetiva de la constitución del inconsciente . Debido a la activación de la sexualidad inconsciente en el transcurso del cuidado ordinario del niño, el adulto le transmite mensajes enigmáticos. El niño traducirá estos mensajes lo mejor que pueda. Lo que se pierde en la traducción constituye el inconsciente del niño. Como el inconsciente del adulto es sexual, sexual infantil , esta carga sexual es lo que se le transmite al niño en forma de enigma. Apartándose de Laplanche y de otros que han favorecido la primera tópica de Freud, André Green ha señalado en numerosas publicaciones que la segunda tópica resulta más útil para trabajar con pacientes no neuróticos. Por consiguiente, su aproximación al concepto de inconsciente ha tomado un camino ligeramente distinto al de los analistas franceses antes mencionados. Green (2005) también hace referencia a Freud cuando sostiene que el inconsciente es un sistema hecho de representaciones y afectos que “excluyen la esfera de la representación-palabra”. Green entiende que esto significa “que el inconsciente sólo puede constituirse por una psique que elude la estructuración del lenguaje ” (2005, p. 99, énfasis añadido). La introducción de Freud de un yo inconsciente modificó la posición del inconsciente; ya no se limitaba al contenido de aquello reprimido, sino que abarcaba su propia estructura. Este avance importante de la teoría de Freud ha abierto la puerta a modos de pensar que, según Green, “son ajenos al sentido común ordinario” y los encontramos en estructuras no neuróticas (ibíd., 205). El factor económico de las pulsiones es fundamental para el concepto de psique que retrata Green: el inconsciente está formado por una red que se ramifica en derivaciones motrices (como presentaciones de cosas) que buscan una vía de descarga. Si estos derivados pulsionales son representaciones o presentaciones o si pueden

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