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alcanzar una figurabilidad con la ayuda de la mente del analista es un tema de debate para los seguidores de la teoría de Freud (Bottella, 2005, 2014; Kahn, 2013, 2014). La naturaleza dinámica de estas representaciones (que representan una forma primaria de la pulsión) las mueve hacia la acción o la conciencia. El aspecto dinámico de las pulsiones inconscientes basadas en el cuerpo, que siempre buscan la descarga y determinar las acciones del individuo, tiene una resonancia clínica importante (Green, 2005). Green (1973) también influyó en el desarrollo de una teoría del afecto, según la cual, el afecto representa una forma distinta de concebir la presencia del cuerpo en el habla. Lacan (1959-60, p.132) especuló que en el psicoanálisis norteamericano la persecución del afecto condujo a “un impasse”, ya que su significado es un efecto del significante. Sin embargo, en sus seminarios posteriores (Lacan, 1999), retomando a Freud, Lacan empezó a hablar de lo que no era Real o no podía ser representado (porque era traumático). De manera que aquí Lacan concibe el inconsciente como la ausencia de representación y como lo que no se puede hablar, cosa que ha pasado a ser un foco importante del estudio francés en los últimos años. Rene Kaës (1993) es un autor que ha contribuido a conceptualizar esta dualidad del inconsciente. Escribió sobre los “dos ombligos” del inconsciente , uno que se abre o desciende hacia el cuerpo y otro conectado al grupo y su red de significantes. Ambos contribuyen en la formación del sujeto, es decir, el sujeto se sustenta gracias a la actualización de estos almacenes de sensaciones inconscientes e ideas acumuladas. Botella y Botella (2005), realizando un seguimiento del trabajo de Green – a partir de su trabajo con pacientes gravemente traumatizados –, han identificado la no representación tan característica de estos pacientes. Debido a que los traumas preverbales están inscritos pero no representados en la psique, creen que es necesario introducir una técnica nueva para poder incorporarlos en el tratamiento psicoanalítico. Para abordar estas situaciones de “ memoria sin recuerdo ”, los Botella (2005, 2014) presentaron el “trabajo de la figurabilidad psíquica ”, el cual incumbe al analista. Otro aspecto importante de la investigación francesa contemporánea ha sido el estudio de la calidad del “trabajo” inconsciente y la calidad de la relación entre el sistema inconsciente y el consciente (en, por ejemplo, Green, los Botella y Reid). Al principio, Freud (1900) propuso un indicador importante. Si, como él afirmaba, anteriormente el sueño se había confundido con su contenido manifiesto, ahora era importante no confundirlo con su contenido latente. De hecho, la esencia del sueño es la obra del sueño . Asimismo, se puede argumentar que la característica esencial del inconsciente es la obra del inconsciente . Aquí el énfasis recae en el inconsciente entendido como un sistema que, más allá de sus contenidos específicos, posee una lógica heterogénea ante el sistema Prcc.-Cc. (véase también la LÓGICA INCONSCIENTE, a continuación). En efecto, el inconsciente carece de un índice de realidad: “La realidad del pensamiento es asimilada por el impacto del mundo exterior, el deseo de realizarse” (Freud, 1911). El proceso primario es gobernado por lo alucinatorio; lo alucinatorio es la primera modalidad de inversión del inconsciente
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