Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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El segundo libro de Matte-Blanco: “Pensar, sentir y ser” (1988) presenta una evolución posterior de sus ideas sobre el inconsciente, sus leyes y su aplicación al trabajo psicoanalítico. La infinidad del inconsciente y la noción de combinaciones del pensamiento asimétrico con el simétrico reflejan la estratificación por capas del consciente y los planos más profundos del inconsciente y abren un nuevo camino a la comprensión de la psique. El inconsciente profundo , que Freud consideraba insondable, es sólo simetría , donde todo es igual a todo lo demás. Es el “modo indivisible” absoluto. De esta manera, el instinto de muerte de Freud puede reformularse como el cese del pensamiento: si todo es igual a todo lo demás, no puede haber pensamiento. Por el contrario, si en un estado de asimetría absoluta todo es distinto a todo lo demás no se pueden crear conexiones ni asociaciones y los objetos se encierran en una categoría indistinguible, y tampoco puede haber pensamiento. La conclusión de Matte-Blanco fue que los procesos psíquicos sólo pueden ocurrir cuando están presentes ambos procesos de pensamiento, el asimétrico y el simétrico . Los conceptos de consciente e inconsciente son reformulados en términos bilógicos y estructurales. Esto llevó a Matte- Blanco a explorar el concepto de Klein de identificación proyectiva según la lógica simétrica. Según esta óptica, la identificación proyectiva es una manifestación bilógicamente estructurada del pensamiento simétrico y asimétrico. Las ideas de Matte-Blanco sobre simetrización e infinitización son explicadas clínicamente por Erick Rayner (1981, 1995a, 1995b), quien fundó el Grupo Bilógico de Londres. Rayner elucida y desarrolla la teoría de las emociones de Matte-Blanco y la teoría de la lógica inconsciente y también escribe sobre la simetrización en el reino del sentimiento, donde el sujeto y el objeto tienden a ser indiferenciados o reversibles y donde los afectos tienden a “infinitarse”. Como la simetrización no puede consentir ningún tipo de desarrollo mental, el resultado es un proceso de infinitización, una repetición sin fin . Un ejemplo de infinitización de la simetrización podría ser un caso de impulsos eróticos que se infinitizan debido a una angustia intensa: un hombre se involucra sucesivamente y/o simultáneamente con un “conjunto” de mujeres dejándose llevar por un “frenesí mujeriego” y sustituyendo febrilmente previos encuentros apasionados del “conjunto” por otros nuevos. Tras el éxtasis, cuando siente una fusión total, se apresura a conocer a la siguiente mujer – a este nivel de simetrización las mujeres son intercambiables. Él mismo cae en una especie de trance hipnótico, infinitizado, por la belleza de la mujer, que fortalece su experiencia. Después de realizar una exploración profunda, se hace evidente que esta estructura erótica le hace más llevadera una angustia intensa y claustrofóbica proveniente de sus negocios y vida matrimonial. Pero, tan pronto como se acaba el clímax extático, la mujer involucrada se percibe como otro objeto claustrofóbico. La investigación clínica sobre estas infinitizaciones de simetrizaciones pone de relieve la simetría entre el rol de la presa y el depredador y ayuda al paciente a reemplazar la centralidad de los frenesís eróticos por relaciones más tranquilas y estados de ánimo más agradables. La infinitización es también la

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