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por qué, bajo determinadas condiciones, los sistemas afectivos agresivos o de asociación filial pueden sufrir una activación desmesurada. Desde un punto de vista psicoanalítico, los afectos entendidos como sistemas motivadores primarios plantean interrogantes sobre si las pulsiones están constituidas por la integración de los efectos positivos (“libidinales”) y negativos (“agresivos”) correspondientes o si los afectos son la expresión correspondiente a estas supuestas pulsiones . Los afectos inician la interacción entre el sí mismo y el otro y la internalización de estas interacciones (en forma de memoria afectiva) determina los modelos internalizados del comportamiento (según la terminología del apego) o las relaciones objetales internalizadas (según teoría psicoanalítica de las relaciones objetales). Los afectos positivos y negativos que activan las estructuras del cerebro están separados entre sí. La integración de los afectos positivos y negativos sólo se produce en un plano superior de las estructuras límbicas e implica un interacción cortico-límbica. La integración gradual de estas condiciones emocionalmente opuestas conduce a un sentido integrado del sí mismo y de los demás, que tiene repercusiones sobre la “identidad normal del yo” y sobre el paso de la organización de la personalidad límite a la organización de la personalidad neurótica, marcado por el paso de las operaciones defensivas primitivas, centradas en la escisión, a las operaciones defensivas avanzadas, centradas en la represión. Este nivel avanzado del desarrollo de la personalidad se refleja en la delimitación clara de un inconsciente dinámico reprimido, o ello, constituido por relaciones diádicas internalizadas inaceptables, las cuales reflejan agresiones primitivas intolerables y aspectos de la sexualidad infantil. IV. Ac. Otras áreas de interés neuroanalítico: implicaciones dinámicas de lesiones neurológicas, estudios del sueño, simbolización, pulsiones y afectos Mark Solms (2000a, Kaplan-Solms & Solms, 2000) ha establecido un sistema de observación clínica psicoanalítica a partir de un número de pacientes con lesiones parietales en el lado derecho. Ha descubierto que, en tales pacientes, lo que antes se denominaba “déficit cognitivo” puede abarcar importantes factores dinámicos que hacen que partes de los procesos cognitivos se vuelvan inconscientes. Mediante la intervención psicoanalítica fue posible revertir este proceso dinámico y recuperar las cogniciones – excluidas dinámicamente de la conciencia a través de mecanismos de defensa primitivos – de vuelta al conocimiento consciente. Solms advirtió que tal autoengaño mediado dinámicamente estaba relacionado con una lesión en el lóbulo parietal derecho y se podía atribuir a una compleja configuración narcisista regresiva, una evitación del afecto depresivo y una disminución de la capacidad del individuo de relacionarse con el “objeto entero”. Sin embargo, el fundamento teórico y la metodología de este y otros estudios parecidos ha sido puesto en cuestión por Blass y Carmeli (2007, 2013, 2015), quienes criticaron la validez de las afirmaciones de Solms. Wilner y Aubé (2014), Buszaki (1996) y Uhlaas et al. (2009) estudiaron otras lesiones neurológicas específicas, cuyo resultado eran la regresión y los estados de
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