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En cuanto a las diferencias con los escritos de Freud, el psicoanálisis francés pone de relieve la importancia del lenguaje, la representación y la representabilidad, y lo que ello comporta para la comprensión de la sexualidad, las pulsiones y el inconsciente. A través de elaboración de la metapsicología freudiana del inconsciente dinámico, la sexualidad infantil y la teoría de las pulsiones (Freud 1900, 1905, 1914, 1915), el psicoanálisis intersubjetivista francés explora las dimensiones de la otredad interna y externa, lo que constituye el núcleo de la existencia, y expande el concepto de nachträglichkeit o après-coup . Si bien en general, la teorización psicoanalítica francesa actual postula un vínculo entre el inconsciente y la pulsión, también es importante el examen de la “construcción” de la pulsión a partir de los reflejos psicológicos básicos. La pulsión se considera mutable, en transición permanente; algo que prolifera durante la mentación y se crea de nuevo en ciertas experiencias intersubjetivas. En general, el psicoanálisis francés posee las siguientes características: 1. Un reconocimiento de la utilidad de la teoría topográfica (Lacan 1966) y una lectura específica de la teoría estructural (Green 2002); 2. La implementación de cambios técnicos en el tratamiento de pacientes no neuróticos, especialmente en el manejo de la transferencia ( l’autre semblable/el otro similiar de Green, en: Green 2002) y la contratransferencia (Fainberg 2005); 3. El estudio de la forma en que se inscriben los traumas preverbales que no se representan en la psique y la implementación de nuevas técnicas para incorporarlos en el tratamiento psicoanalítico (Green 2002, 2004); 4. Una preferencia por el trabajo con la representación, la simbolización y el paso de los registros de la acción a los registros del pensamiento; 5. Una definición distinta del yo ( le moi ) que es subjetiva, más un yo mismo que la criatura defensiva de la psicología del Yo. En este contexto, todo lo que es yo se escucha como surgiendo del inconsciente. No existe la idea de una esfera libre de conflicto. El moi también se compone de objetos inconscientes y objetos parciales; 6. Una posición del analista que comporta prestar atención a la reacción del paciente a la distancia. Existe una conciencia del analista como objeto vinculado inconscientemente al sujeto. La asimetría es imperturbable; 7. El reconocimiento de una conexión íntima entre la pulsión y el objeto, por lo que se considera que el objeto es el revelador de la pulsión (Green 2002). En la encrucijada del objeto y la pulsión, el análisis incluye la recuperación del Eros (vida, amor) y la sexualidad como su función. III. Cb. La relevancia intersubjetiva de la “tercera topografía” / el “tercer modelo” Los franceses (Brusset 2005, 2006) han adoptado el término “La Troisième Topique”/“la tercera topografía”, también conocido como “el tercer modelo” (ver la entrada TEORÍA DE LAS RELACIONES OBJETALES) para reunir de forma retrospectiva, bajo una categoría metapsicológica, el trabajo de un número de autores posfreudianos que consideraron que la relación con los cuidadores tempranos era imprescindible para la obtención de un aparato psíquico capaz de operar según
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