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delineación tan estricta puede haber contribuido a la eliminación del sí mismo de la metapsicología, empobreciéndolo y transformándolo casi en un “concepto de sentido común” (Moore y Fine 1968, p. 88). A pesar de esta tendencia, algunos autores norteamericanos posfreudianos se esforzaron en elaborar el carácter dual del “Ich” (“yo”)/“Ego” (Jacobson, 1964; Mahler, 1979; Kernberg, 1982). De modo parecido, Jean Laplanche (Laplache y Pontalis, 1973, p. 131) lamenta la pérdida de la “verdadera contribución de Freud” con respecto a la ambigüedad y complejidad del Ich, que Freud usa para señalar la interacción que se efectúa a muchos niveles yuxtapuestos entre el organismo y el ambiente, el sujeto y el objeto, lo interno y lo externo, etc. Desde una perspectiva un tanto diferente, pero conexa, Bruno Bettelheim (1984) critica la traducción de Strachey por emplear una terminología abstracta, científica y latinizada que reemplaza la connotación conmovedora, humanista y metafórica del “psychische Behandlung (Seelenbehandlung)” o “tratamiento de la psique (alma)” de Freud, por el “tratamiento psíquico (o mental)” (Freud, 1980a, p. 289; Freud, 1890b, p. 283). Por lo general, Bettleheim lamenta que la palabra “alma” ( Seele ), con sus nociones espirituales y humanas, parece haber desaparecido de la obra de Freud en la traducción, a menudo reemplazada por “mind” (“mente”, Geist ) (Bettleheim, 1984, pp. 70-71). Si bien la traducción al francés de la obra de Freud, “Ouvres Complètes de Freud/Psychanalyse – OCF/P” (1989-2015) conserva la ambigüedad del “Ich”, que traduce como “le moi” (forma tónica del “yo”), es decir, una forma subjetiva más parecida al sí mismo que al yo defensivo de la psicología del Yo, también tiene sus problemas a la hora de traducir el “self”. Por ejemplo, sin sacar a colación el “Je” (“I”/“yo”), el traductor de Winnicott afirmó que “self” era esencialmente intraducible al francés. En general, de algún modo, ni el “yo” ni el “le moi” son equiparables al “Ich” alemán. Mientras que en el psicoanálisis de habla inglesa existe una mayor necesidad de elaborar el concepto del “self” para explicar, y teorizar, la subjetividad ausente en el “ego”, en el psicoanálisis francés no hay tanta necesidad de llevar a cabo una elaboración comparable del sí mismo, puesto que “le moi” ya está “autosaturado”. II. C. Consideraciones etimológicas, terminológicas y traslativas: la perspectiva latinoamericana Como el término inglés “Self” (en su substantivación ilusoria) es básicamente intraducible al español o portugués con una sola palabra, a menudo el término “Self” se traduce como “Sí mismo” (N. de la T. como hemos hecho en esta traducción). Por ejemplo, las referencias a la psicología del Self de Heinz Kohut a veces se traducen como “Psicología del Sí mismo” o directamente como Self Psychology.
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