Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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mismo falso tiene como interés principal la búsqueda de condiciones que le posibilitan al sí mismo verdadero hacer valer sus méritos. Cuando esas condiciones no pueden encontrarse, hay que organizar una nueva defensa contra la explotación del sí-mismo verdadero … En la salud: el sí mismo falso está representado por la organización total de la actitud social cortés y bien educada, un ‘no decir las cosas con franqueza y sinceridad’” (1960b, pp. 142-143). Un aspecto del sí mismo falso y su función posibilitadora prematura que señala Winnicott (1949), es cuando “el pensamiento del individuo empieza a asumir el control y a organizar el cuidado del psiquesoma, mientras que en condiciones saludables esto es función del medio … la psique del individuo es ‘seducida’ a entrar en la mente y alejarse de la íntima relación que originariamente sostenía con el soma” (pp. 246-47). Existe entonces una disociación entre la capacidad intelectual y la existencia psicosomática, en que “el individuo [intenta] resolver el problema personal mediante el empleo de un intelecto afinado. [Esto] resulta un cuadro clínico peculiar por la facilidad con que engaña” (1960b, p 144). En esta situación, el individuo experimenta una pérdida profunda del sentido de sí mismo, para el que es esencial un vínculo estrecho entre la psique y el soma. Winnicott es intencionalmente vago cuando habla del sí mismo verdadero. “La idea del sí mismo verdadero se justifica principalmente para tratar de comprender al sí mismo falso, porque no hace más que reunir los detalles de la experiencia de estar vivo” (1960b, p. 148). El sí mismo verdadero es un potencial innato y único para cada individuo, que depende fundamentalmente de un ambiente facilitador para poder articularse y experimentarse. Es la fuente de la creatividad y del sentimiento de realidad y de estar vivo “[e]n las etapas más tempranas, el sí mismo verdadero es la posición teórica de la que proviene el gesto espontáneo y la idea personal … El sí mismo verdadero surge de los tejidos y las funciones corporales … Está estrechamente vinculado con la idea del proceso primario” (ibid.), es decir, tiene una conexión profunda con el inconsciente y los sueños. En uno de los ensayos de “Realidad y juego”, Winnicott escribe sobre “los sueños profundos que residen en el núcleo de la personalidad” (1971, p 109). Es decir, el sí mismo verdadero es primario y “el concepto de una realidad interna individual de los objetos corresponde a una etapa que es posterior a la del concepto de lo que denominamos sí mismo verdadero” (1960b, p. 149). En el rico y complejo ensayo, “El comunicarse y el no comunicarse que conducen a un estudio de ciertos opuestos” (1963), Winnicot revisa sus pensamientos sobre el sí mismo verdadero y le otorga una calidad más enigmática. Sugiere que “en la salud hay un núcleo de la personalidad que corresponde al sí mismo verdadero de la personalidad escindida; sugiero que este núcleo nunca se comunica con el mundo de los objetos percibidos y que la persona individual sabe que nunca tiene que comunicarse con la realidad externa ni ser influida por ella … En el centro de cada persona hay un elemento incomunicado, sagrado y merecedor en grado sumo de que se lo preserve” (1963, p. 187). Este centro interno es “eternamente inmune al principio de realidad, y

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