Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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diferencia teórica entre el “yo” como estructura mental abstracta con funciones del “sí mismo” unidos en la persona total (Resnik 1971-1972), y la incorporación del pensamiento de Hartmann-Jacobson de los modelos sintéticos de la mente, donde el “yo” es una estructura psíquica que contiene las representaciones del “sí mismo” (Grinberg 1966, pp. 242-243). La crítica basada en la definición limitada de la psicología del yo Durante la llamada “era Hartmann” (Segunda Guerra Mundial–1970), particularmente en la América del Norte de habla inglesa, las ideas de Hartmann, Kris y Loewenstein (y las de Anna Freud) dominaron el discurso psicoanalítico “freudiano”, creando una impresión de hegemonía. “En ese momento no se apreció que esos autores también eran autores individuales… En el grupo de Anna Freud en Inglaterra se ponía mucho más énfasis en los temas de las defensas y el desarrollo, que en el discurso abstracto sobre las funciones yoicas, las transformaciones de la energía o la psicología general de la adaptación…” (Blum 1998, p. 32). En la definición francesa de Jean Laplanche y Jean-Bertrand Pontalis, se define el “Ich”/“ego” freudiano como: (1) núcleo de la conciencia y conjunto de funciones mentales activas; (2) organizador de las defensas; y (3) agencia que media entre la realidad externa, el ello y el superyó. Reconocen la escuela de la psicología del yo de Hartmann, Kris, Loewenstein y Rapaport como uno de los enfoques que trata de representar una “expresión más consistente de la teoría freudiana del aparato psíquico”. Se muestran muy críticos con la psicología del yo entendida como una “escuela que se ha propuesto como objetivo relacionar las adquisiciones psicoanalíticas con las de otras disciplinas (psicofisiología, psicología del aprendizaje, psicología infantil, psicología social) con vistas a construir una verdadera psicología general del yo”, y con las nociones derivadas: como la “energía desexualizada y neutralizada”, la “función sintética” del yo y “la esfera no conflictiva del yo”, en que el yo se entiende “como un aparato que regula y se adapta a la realidad”. Laplanche y Pontalis también reconocen “la extrema dificultad de integrar en una misma teoría el conjunto de las aportaciones psicoanalíticas al concepto del yo” para contrarrestar “esta tendencia de la psicología del yo” (Laplanche y Pontalis 1967/1973, p. 139). De la lectura del libro de Hélène Tessier (2005), La psychanalyse américan, puede desprenderse la correspondiente ausencia de la psicología del yo “clásica” en el mundo analítico francófono. Tessier juzga la psicología del yo no en base a sus objetivos (de desarrollar el psicoanálisis como una ciencia natural), sino en base a sus resultados (como el funcionamiento autónomo del yo preconflictivo y la esfera libre de conflicto). La autora concluye que “tal perspectiva está considerablemente alejada de la perspectiva de Freud” (Tessier 2005, p. 39).

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