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Adicionalmente, la definición de la psicología del yo como una fase del desarrollo del psicoanálisis confirma la naturaleza “de investigación en curso” del discurso analítico, y pone de relieve la variedad de formas de abordaje de esta nueva fase en Europa y América del Norte. Se pueden entrever los comienzos de la psicología del yo en una de las primeras publicaciones de Hartmann, “Die Grundlagen der Psychoanalyse” [Los fundamentos del psicoanálisis] (Hartmann 1927), que nunca se tradujo enteramente al inglés. En el primer capítulo, Hartmann presenta el psicoanálisis como una “ciencia natural” e insiste en la importancia de redefinirlo para que sea una disciplina capaz de colaborar con la psicología general y las ciencias sociales. Esta perspectiva se convirtió en el paradigma psicoanalítico predominante entre 1950 y 1970 en los Estados Unidos. No se puede decir lo mismo de Europa, donde la agenda hegemónica y el carácter monolítico de lo que también se llamó “psicología del yo estadounidense” acabaron por limitar la recepción de la psicología del yo. Paul Parin, en su artículo de 1990, “Die Beschädigung der Psychoanalyse in der angelsächsischen Emigration und ihre Rückkehr nach Europa” [El deterioro del psicoanálisis en su emigración anglosajona y su regreso a Europa], aborda la unilateralidad con la que se reimportó la psicología del yo desde los Estados Unidos, liderada casi exclusivamente por Heinz Hartmann y sus colaboradores. En el diccionario italiano contemporáneo publicado por Einaudi (Barale, Bertani, Gallese, Mistura, Zamperini, eds., 2007), la “psicología del yo” se identifica con esta definición limitada, y sus autores, Fornaro, M. y Mignone, P. (Fornaro y Mignone 2007), omiten cualquier mención al desarrollo europeo de la posguerra. Asimismo, un diccionario alemán (Hartkamp 2008), cuando define el concepto “Ich- Psychologie” (psicología del yo), menciona solo a dos autores alemanes, Peter Fürstenau y Annelise Heigl-Evers. No deja de ser paradójico que, mientras Heinz Hartmann cita a Fenichel como gran pilar de la teoría y técnica de la psicología del yo, Martin Bergmann, en su aclamada publicación The Hartmann Era (2000) [La era Hartmann], conecta la primera generación de la psicología del yo casi exclusivamente con el trabajo de Heinz Hartmann y sus colaboradores más cercanos, y a Fenichel solo lo reconoce marginalmente, omitiendo cualquier contribución significativa a la psicología del yo proveniente de Europa. Por otro lado, aunque Hartmann cita las contribuciones de Sandor Ferenczi y Paul Federn, la revisión selectiva de David Rapaport (1958a), A Historical Review of Psychoanalytic Ego Psychology [Una revisión histórica de la psicología del yo psicoanalítica], muy influyente en Europa, las omite. Según Rapaport, la primera fase terminó en 1897, con la renuncia de Freud a la teoría de la seducción; la segunda fase finalizó en 1923, con la publicación de El yo y el ello ; la tercera fase se asoció con el desarrollo de la psicología del yo, y continuó hasta 1937; y la cuarta fase coincidió con las influyentes publicaciones de Anna Freud (1936), Erik Erikson (1937), Karen
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