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Si bien la psicología del yo no se enseña en el resto de los institutos psicoanalíticos latinoamericanos, conceptos de la psicología del yo como la historia clínica, la evaluación psicodinámica del desarrollo, los mecanismos de defensa, las resistencias, la alianza terapéutica o el encuadre analítico son muy utilizados en la práctica clínica, aunque no se atribuya o reconozca el mérito de esta corriente.
III. HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LA PSICOLOGÍA DEL YO
III. A. LOS ORÍGENES: SIGMUND FREUD Los orígenes de la psicología del yo ya se entreven en los primeros escritos de Freud (1895, 1900, 1911, 1914, 1915a, 1915b, 1915c, 1917a, 1917b, 1921), pero las contribuciones más relevantes a la formación de esta corriente se encuentran en las obras El yo y el ello (1923) e Inhibición, síntoma y angustia (1926). Antes de 1923, el modelo topográfico se había centrado en la relación de los contenidos mentales con los sistemas conscientes e inconscientes. Gradualmente, Freud fue reconociendo la disparidad entre el trabajo clínico y la teoría: en el trabajo clínico, los elementos del yo podían ser inconscientes (funcionamiento defensivo y culpa) y los derivados inconscientes podían encontrarse en la consciencia; sin embargo, en el modelo topográfico ubicó el contenido (y los procesos) en el mismo sistema Inconsciente (Ics) o en el sistema Preconsciente (Pcs) y Consciente (Cs) (Gill 1963; Waelder 1960). Estas observaciones clínicas subrayaron la necesidad de implementar algunos cambios teóricos, que Freud dilucidó cuando introdujo su modelo estructural, según el cual la mente se estructura en tres agencias: el ello, el yo y el superyó, diferenciadas no por el acceso a la conciencia sino por conjuntos estables de funciones y motivos. En la teoría estructural el yo se definió como una organización de procesos coherente, que incluía el de control de la descarga, la censura y las defensas, así como el pensamiento o prueba de realidad, desde el límite permeable del Preconsciente hasta el límite permeable del Inconsciente. Resulta interesante que Freud ya presagiara esto en su artículo sobre “El inconsciente” (1915), donde “concibió provisionalmente que el pensamiento preconsciente complejo con infusiones de elementos inconscientes ”, se extendía “ desde el límite permeable del sistema Ics hasta el límite permeable del sistema Cs ” (Busch 2015, S. 557). El paso de Freud de su primera a su segunda teoría de la angustia fue muy importante para el desarrollo de la psicología del yo. Para él, el yo activo genera una señal de angustia que responde a los peligros anticipados por las pulsiones sexuales o agresivas. La señal de angustia es una angustia traumática, arcaica y rudimentaria que ha sido transformada y reacciona ante los peligros relacionados con la pérdida de objeto, la pérdida del amor de objeto, la castración y la pérdida de la aceptación interna
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