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proceso interactivo cuya organización va complejizándose con el paso del tiempo. En este sentido, describió el proceso de desarrollo jerárquico, que se complejiza en la formación de las pulsiones motivacionales derivadas a medida que incrementa su organización de las defensas del yo. Rudolph Loewenstein (1938, 1945, 1957, 1967) estudió las complejidades de la participación del yo, el sí mismo, el superyó y las pulsiones en relación con los primeros vínculos libidinales y agresivos de objeto en la formación del masoquismo. Tras “resucitar” la noción de “instintos vitales” (1940), postuló que la “libidinización del sufrimiento” inconsciente causada por la agresión desde adentro y/o desde afuera subyace al mecanismo de “seducción del agresor” –un precursor del masoquismo y un arma del niño indefenso para asegurar la existencia del amor parental, el cual es necesario para el desarrollo de la sexualidad y para su supervivencia (Loewenstein 1957a, p. 231). En “La pasividad fálica del hombre” (Loewenstein 1935), Loewenstein apunta al significado dinámico de las subfases pasivo-activas del desarrollo psicosexual. Retoma y amplia las descripciones de Freud (1909), Anna Freud (1936/1946) y Fenichel (1945) sobre la escucha psicoanalítica de los varios niveles de la pulsión y derivados inconscientes del yo y el superyó en el proceso de asociación libre, e incluye “…escuchar lo que se dice, cómo se dice, cuándo y en qué contexto se dice, así como lo que no se dice, sino que se omite deliberada o involuntariamente, y, finalmente, la ausencia de comunicación: escuchar el silencio” (Loewenstein 1963, p. 453). Erik H. Erikson (1950, 1956), estudioso de la psicología del yo con un enfoque biosocial, desarrolló los conceptos de “identidad del yo” e “integridad del yo” dentro de su epigénesis psicosocial del ciclo de la vida (confianza vs. desconfianza en la infancia; autonomía vs. vergüenza en los niños; iniciativa vs. culpa del niño en edad preescolar; laboriosidad vs. inferioridad en la edad escolar; identidad del yo vs. confusión de roles en la adolescencia; intimidad vs. aislamiento en el adulto joven; generatividad vs. estancamiento en la edad adulta; integridad del yo vs. desesperanza en la tercera edad), proporcionando así un puente entre la psicología individual y la social. Esta teoría de los ocho estadios del desarrollo psicosocial, que a veces se malinterpretó como una proposición lineal, se basa en una serie de “conflictos centrales”, como “confianza vs. desconfianza” al comienzo de la vida, “identidad del yo vs. confusión de roles” durante la adolescencia, “integridad del yo vs. desesperación” al final de la vida, que establecen “crisis de desarrollo” de gran vulnerabilidad y potencial, cada una marcada por la secuencia de “desorganización- reorganización-consolidación”, en que la regresión del yo juega un papel importante . Especialmente durante la adolescencia, no se puede consolidar una identidad con las identificaciones precedentes sin contar con un espacio para el movimiento regresivo transitorio en el que se contemplan diferentes identidades. Erikson emplea la “regresión al servicio del yo” de Ernst Kris y la “regresión al servicio del desarrollo” de Peter Blos, para presentar la regresión como parte de los ritmos oscilantes de los procesos de crecimiento .
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