Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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y relaciones amorosas. Durante el desarrollo las narrativas esenciales de las fantasías inconscientes no desaparecen, aunque sus manifestaciones sufren interminables transformaciones que dan como resultado varias “ediciones” (Papiasvili 1995). Leo Rangell (1969a, 1969b) postuló la teoría unitaria de la angustia y revisó el tema de la señal de angustia vs. el afecto como desencadenante de la defensa en una secuencia de conflicto intrapsíquico. Estudió los procesos intrapsíquicos ubicuos y microscópicos antes, durante y después de que se activara la defensa –antes de cualquier resultado psíquico– y concluyó que no importa cuál sea la naturaleza de un afecto desagradable del conflicto, la señal inmediata para la activación de la defensa es la angustia. Posteriormente, Rangell describió una secuencia cognitivo-afectiva inconsciente consistente en: impulso-angustia-defensa-resultado psíquico, mientras que seguía creyendo que la angustia era la desencadenante de la defensa y se hallaba detrás de todos los estados del displacer. En este contexto, la angustia es el displacer que abruma al yo. Rangell (1969a; 1969b) identificó una función de toma de decisiones inconsciente dentro del funcionamiento ejecutivo inconsciente del yo que acaba por dar forma a un resultado psíquico específico. A través de la interacción con el sí mismo y las representaciones de objeto, se producen pruebas intrapsíquicas, representativas de un conflicto de elección intrasistémica dentro del yo . Los objetos se evalúan para su prevista descarga. El sí mismo es evaluado por un sentimiento de angustia que indica peligro, o seguridad y dominio, un equivalente inconsciente de la pregunta: “¿qué tan seguro o qué riesgo significaría para mí hacer…?”. Harold Blum (1980, 1985) abordó temas como la continuidad de la personalidad y los aspectos creativos e integradores del análisis de la defensa . Escribe: “…Los medios de las defensas pueden sufrir un cambio de función… Lo que se defiende pueden ser… las pulsiones, el superyó, [u]…otras áreas de las funciones yoicas que… tienen que ser recuperadas y reintegradas. Tanto los conflictos intersistémicos como los intrasistémicos requieren [el] análisis de la defensa y el contenido defendido… [para restaurar] la continuidad de la personalidad… [El análisis tiene como objetivo] la restauración de antiguas conexiones y el establecimiento de nuevos vínculos entre las diferentes facetas de la personalidad, entre pasado y presente, realidad y fantasía…” (1985, p. 12). Blum (1985) y Murray (1995) abordaron la controversia del conflicto vs. déficit , y llegaron a la conclusión que durante el desarrollo el yo utiliza los mecanismos de defensa como armas poderosas, protectoras y adaptativas para hacer frente a los peligros externos, internos, reales o imaginarios. El uso excesivo de las defensas puede dañar las funciones no defensivas de la personalidad. Entonces, las defensas pueden interferir en el desarrollo de la personalidad, conducir a la opresión o la alteración psicológica del yo (Papiasvili 1995). Como los déficits yoicos, las debilidades yoicas y las alteraciones yoicas pueden formarse durante el desarrollo anterior al conflicto. Algunos autores (Gedo 1979) defendieron una alteración de la técnica con el fin de ir “más allá de la interpretación”. Otros (Arlow 1980, 1987) comprobaron que los déficits yoicos no ocurren fuera del

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