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y multifactorial moderna: las últimas evidencias estadísticas apuntan a que existen bases congénitas o hereditarias en las disfunciones cerebrales que son responsables de algunos de los déficits del yo observados en personas que padecen un síndrome esquizofrénico (Willick 2001). Sin embargo, en algunas formas de psicosis, por el contrario, las fuerzas externas que se muestran persistentes y abrumadoras (golpes, abuso sexual, guerra, barrios plagados de violencia) durante el desarrollo temprano, pueden desencadenar una etiología “traumática” (Volkan 2015) –aunque una teoría unitaria de la psicosis basada en estas formulaciones puede resultar engañosa (Willick 1994). En el extremo opuesto se encuentra la integridad de la función yoica . Algunos pacientes, aunque se quejen de problemas graves, muestran poco o ningún deterioro de las funciones autónomas del yo o fortalezas yoicas. Pueden sufrir ansiedad, depresión, conversión, obsesiones, fobias y una gran variedad de trastornos de la personalidad, que se explican casi exclusivamente mediante la teoría del conflicto (Papiasvili 1995; Brenner 2006). En el caso de estas perturbaciones, la “analizabilidad” es favorable. Esto significa que las funciones de abstracción, integración, realidad y autoconservación del individuo se encuentran más o menos intactas; demuestran tener control sobre los impulsos, tolerancia a los afectos y contención del proceso primario; poseen cierta capacidad de empatía, confianza y cercanía emocional (relaciones objetales/de apego), y un funcionamiento del superyó suficiente (capacidad de vergüenza y/o culpa). Tales individuos podrían considerarse “neuróticos”, porque sus funciones yoicas se encuentran relativamente intactas y sus quejas provienen principalmente de formaciones de compromiso inadaptadas, como intentos “sobredeterminados” de encontrar soluciones (Waelder 1936a) a los conflictos intersistémicos y subyacentes, que se dan entre los deseos libidinales y agresivos, el superyó, la realidad, los afectos resultantes y las operaciones defensivas (no deficitarias). En cada etapa del desarrollo surgen varias formaciones de compromiso (Blackman 2013). A veces, el material de una etapa de desarrollo anterior protege al individuo de la conciencia de conflictos posteriores (“regresión libidinal” [Freud, S. 1905]); en otras ocasiones, conflictos del desarrollo posteriores defienden al individuo de conflictos inconscientes provenientes de una etapa anterior (de los que se encarga la “reconstrucción hacia arriba” [Loewenstein 1957b]; también llamada “ reaching up ” [Volkan 2014]). III Beb. Selección de tratamiento y técnica Para evaluar la analizabilidad pueden ser útiles los conceptos de alianza terapéutica de Elizabeth Zetzel (1956) y alianza de trabajo de Ralph Greeson (1965), ya que disponen de cualidades de intención compartida, confianza y ética (Meissner 1992). Estos conceptos clínicos y técnicos, en consonancia con la conceptualización de Hartmann (1939/1958) sobre el “funcionamiento yoico relativamente libre de conflictos”, parecen haber evolucionado a partir de la idea de Freud de que el analista y el paciente “forman un pacto entre sí” (Freud 1940 [1938], p. 173) –una transferencia
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