Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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La modalidad de la separación da lugar a experiencias de causalidad, dirección de objetivos e intencionalidad, lógica y objetividad (pensamiento científico); la experiencia del tiempo como lineal, y reflexiones de causa-efecto de la realidad. Las experiencias relacionadas con las pulsiones (como el hecho de experimentar deseo) también se dan en esta modalidad, ya que el anhelo y el deseo se dirigen a un objeto que se experimenta como separado del sí mismo, pero debe alcanzarse para satisfacer las pulsiones. En la segunda modalidad, el sí mismo y el otro, conectados y fusionados, se experimentan como uno. El tiempo se experimenta de forma circular o atemporal; el pensamiento no es causal y está gobernado por sentimientos de unidad y existencia continua. En esta modalidad no hay lugar para el deseo, ya que el objeto y el sí mismo se experimentan como una sola unidad. En cuanto a los pensamientos, las descripciones de estas modalidades recuerdan los procesos primarios y secundarios (Freud 1900). Sin embargo, la experiencia generada por cada modalidad es claramente diferenciada. En la modalidad de separación, la experiencia se dirige a la realidad externa de manera adaptativa (experimentada objetivamente) y puede originar sentimientos y experiencias de dominio, éxito o fracaso, logro o ausencia de satisfacción. La segunda modalidad, de unidad, produce experiencias de existencia continua, como el ser continuo de Winnicott (1960), y de conexión del sí mismo con el otro (que puede ser una persona o una causa, idea, identidad interior u ocupación y rol social). Muchas publicaciones elaboran los aspectos del funcionamiento de estas modalidades experienciales (en especial, Erlich 2003, 2013). Erlich adoptó los términos “ Doing ” [hacer] para la primera modalidad y “ Being ” [ser] para la segunda, términos que había empleado Winnicott (1971) con connotaciones parecidas. Sin embargo, existen diferencias fundamentales entre los conceptos de Erlich y Winnicott. Mientras que Winnicott se refiere a los contenidos o estados finales de la experiencia, Erlich concibe estas modalidades como aquello que procesa la experiencia de camino a unos estados finales bastante distintos. No basa sus conceptos en lo que se percibe (p.ej. los niveles de actividad observada), sino en los modos inferidos de procesamiento subyacente . Para ello describe dos modos en los que el yo opera de forma continua y simultánea. Su teoría es, por tanto, un apéndice contemporáneo o una reformulación del funcionamiento yoico, basada en la concepción de que el yo es el agente que procesa e integra la psique y el responsable de los estados finales de la experiencia. Las aportaciones de Elrich van en la misma línea que las de Bion cuando describe los elementos de la función psíquica. Bion introdujo la noción de una función alfa, cuyo trabajo es “convertir los datos de los sentidos en elementos alfa y … proporcionar material onírico a la psique … la capacidad de despertarse o irse a dormir, estar consciente o inconsciente …” (Bion 1962, p. 308). Como se sugirió anteriormente, estas contribuciones teóricas pueden considerarse representaciones indirectas de las funciones o actividades yoicas transformadoras .

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