Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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estudio de los efectos psicosomáticos con la caracterización del “paciente sobreadaptado” que comporta una adaptación pasiva a la realidad según las enseñanzas de E. Pichon Rivière sobre la “adaptación a la realidad” (Arbiser, 2017).

II. A. Los estilos David Maldavsky (1986), estrecho colaborador del autor, señaló las dificultades de encontrar una definición precisa del concepto de estilos en los textos de Liberman, y por esta razón propuso maneras de seleccionar y combinar palabras y secuencias específicas de historias, para entender el tiempo, el espacio, el objeto y la causalidad en la clínica psicoanalítica. Teniendo en cuenta que el código lengua – por su doble articulación de significante/significado y signo/signo de Luis J. Prieto (1973) – admite infinitas posibilidades combinatorias para construir la señal portadora del mensaje, Liberman perfila distintas tipologías estilísticas según las elecciones espontáneas que hacen los usuarios. A la representación gráfica tridimensional del Yo y el Ello (Freud, 1923) la atraviesa con una “cinta” que parte del polo perceptual con su catexis de atención para desembocar en el polo motor donde se regula la acción por la percepción anticipada de la respuesta. Entre estos polos propone seis funciones yoicas parciales, que correlaciona con seis formas de recibir (decodificar), evaluar (discernir diferentes sentidos y significados) y emitir (codificar) señales portadoras de mensajes. A su vez, estas seis funciones se ordenan en una sucesión de cuadros de estilos que, siguiendo ese mismo orden, se hacen crecientemente inclusivas. A continuación, a modo ilustrativo, se presenta una enumeración sintética de los estilos: Cuadro 1: Estilo reflexivo . Hace referencia al factor fuente y a la función metalingüística o reflexiva de Roman Jakobson. El discurso se centra en el emisor (“yo pienso”). La función yoica en juego implica la capacidad de disociarse y observar sin participar por la escisión de los afectos, lo cual permite percibir la totalidad y prestar atención a los detalles. La conexión con los objetos es exclusivamente perceptiva a expensas de los afectos propios y ajenos. Estos pacientes corresponden, aproximadamente, a los esquizoides de la mencionada terminología clásica. En su nomenclatura de 1962, del libro La comunicación en la terapéutica psicoanalítica , Liberman los define como “personas observadoras y no participantes”. Cuadro 2: Estilo lírico . Como en el caso anterior, entra en juego el factor fuente, en tanto que también se centra en el emisor, pero ahora se trata de la función expresiva (“yo siento”). La escisión en estos pacientes es a expensas de la percepción y a favor de la participación de los afectos. La percepción se vuelve restringida y tendenciosa por la amenaza del desborde afectivo. Se reduce la distancia entre el yo y el objeto de

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