Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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evaluar (de la forma más imparcial posible) la actuación de ambos miembros de la díada, así como sus respectivas responsabilidades en los resultados del proceso terapéutico o iatrogénico. Dentro de la sesión es imposible, además de desaconsejable, despojarse de la subjetividad, ya que ambos miembros del diálogo están necesariamente inmersos en la atmósfera emocional del campo transferencial-contratransferencial. La situación cambia cuando la sesión se examina desde el exterior. Para lograr tal objetividad, Liberman insistió en la necesidad de contar con las llamadas “disciplinas auxiliares”. Conviene insistir que Liberman no remplaza la psicopatología psicoanalítica clásica por una nueva psicopatología, sino que su aportación defiende una “sistematización del trabajo clínico psicoanalítico” desde la especificidad misma de su método. Y ese fue, por consiguiente, el resultado de la decisión metodológica mencionada anteriormente. El hecho de entender la terapia psicoanalítica como un diálogo implica dar por sentada, de entrada, una postura “vincular” enmarcada en la ya repetidamente mencionada interacción humana, como lo demuestra su siguiente afirmación: “…la sesión psicoanalítica se toma como un proceso de interacción en el que el comportamiento de uno de los miembros de la pareja [analítica] determina la respuesta del otro y viceversa…” (Liberman, 1976, p. 21). El diálogo analítico de Liberman, atendiendo a los postulados de la teoría de la comunicación, puede considerarse como una interacción entre tres circuitos comunicativos superpuestos: dos circuitos intrapsíquicos (el del paciente y el del analista) y el circuito interpersonal creado entre ellos. En su libro, Comunicación en terapéutica psicoanalítica (1962), Liberman utiliza, como ya se dijo, los aportes de Jurgen Ruesch para clasificar los distintos tipos de “persona” según su forma de comunicarse con el interlocutor. Los enumera y correlaciona, primero con la nomenclatura clásica de O. Fenichel (1945), y luego con sus propias sistematizaciones posteriores, como se indica en las siguientes tablas:

Nomeclatura de Ruesch

Nomenclaura de O. Fenichel

Persona demostrativa

Histeria de conversión (carácter histérico)

Persona temerosa y huidiza

Histeria de angustia (carácter fóbico)

Persona lógica

Neurosis obsesiva (carácter obsesivo)

Persona de acción

Personalidades compulsiones)

psicopáticas

(perversiones

y

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