Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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Es interesante notar que empleó el concepto de figura-fondo (es decir, el concepto de campo) para articular las formulaciones del proceso inconsciente. Para conocernos a nosotros mismos necesitamos tomar una cierta distancia que no somos capaces de tomar por nosotros mismos. “[n]o se trata del problema de un inconsciente que hace jugarretas; el fenómeno de la mistificación concierne al hecho de que toda conciencia es una conciencia que privilegia la ‘figura’ y tiende a olvidar el ‘fondo’, sin el cual carece de sentido (cf. teoría de la Gestalt). No conocemos el fondo, aunque es vivido a través de nosotros. … Para que avance el conocimiento … es necesario que lo que era fondo se convierta en figura” (Merleau-Ponty, 1964a, p. 113; trad. Phillips, 1999, p. 71). Llegado a este punto, Merleau-Ponty entendió que el inconsciente es un “fondo invisible”; los procesos perceptivos en los que no se distingue entre figura y fondo, no se reconoce el fondo que revela la figura y le da significado (Phillips, 1999, p. 71). Así, por ejemplo, la experiencia traumática reprimida no se percibe por la insistencia de un campo familiar, un contexto dentro del cual lo traumático no tiene forma. “La experiencia traumática no subsiste en calidad de representación, bajo el modo de conciencia objetiva … le es esencial el no sobrevivirse más que como un estilo de ser y en un cierto grado de generalidad” (Merleau-Ponty, 1945/2012, p. 85). El trauma se siente corporalmente como angustia generalizada, pero no se conoce en ninguna especificidad, puesto que hay una atención insistente y perseverante hacia los contornos familiares de un campo no traumático. El marco de Merleau-Ponty en relación con el psicoanálisis tomó un nuevo giro en sus Lecciones de la Sorbona (1950/2010) y sus Lecciones en el Collège de France (1968), donde se interesó cada vez más por el proceso intersubjetivo y donde su concepción del campo fenoménico enfatizó el “transitivismo” y, en su trabajo final, la “reversibilidad”. Estos conceptos sólo se abordarán brevemente, pero son cruciales para entender la visión radical de Merleau-Ponty sobre el campo, la cual enfatiza la interpretación. En estas lecciones, examinó los conceptos psicoanalíticos desde la fenomenología, enfatizando el movimiento recíproco entre el self (sí mismo) y el otro: “Existe una conexión entre las relaciones con los demás y la relación con uno mismo. … Las relaciones con los demás pasan a través de la relación con uno mismo” (Merleau- Ponty, 1950, p. 267). Merleau-Ponty consideró que el uso que hacía Melanie Klein de la proyección y la introyección era fundamental en este proceso, situando su acción en el cuerpo: “La distinción entre lo fantaseado y lo real es menos nítida. Entre la actividad corporal (succión, deglución) y la introyección ya no existen límites bien establecidos” (Merleau-Ponty, 1964a, 1964b, p. 368; trad. Phillips, 1999, p. 76). Phillips explica cómo Merleau-Ponty encuentra en Klein otro tipo de campo. A través de Klein, los conceptos psicoanalíticos pueden entenderse “a partir de la corporalidad, convertida en búsqueda del afuera en el adentro y del adentro en el afuera, es decir, como un poder global y universal de incorporación” (Merleau-Ponty, 1968, p. 130). Merleau-Ponty transformó estos mecanismos psíquicos de “operaciones mentales” en “modalidades de

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