Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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principio de constancia. Según este modelo, el aumento de tensión pulsional se experimenta como displacer, mientras que la descarga de la pulsión y la disminución de la tensión se experimentan como placer. Por tanto, se esperaba que el sujeto humano buscara la reducción de la tensión, es decir, la descarga libidinal. Inevitablemente, el objeto parecía ser la parte más “reemplazable” de la cadena pulsional –a pesar de que esto contradice la “singularidad” de un “objeto amado”. De nuevo, la cualidad “adhesiva” de la relación era, según Freud, una característica de la pulsión y no se atribuía al objeto. Contrario a esta visión, Fairbairn sostuvo que el sujeto humano, en sus esfuerzos libidinales, busca relaciones con objetos y no la reducción de tensión. En una sinopsis de 1963, Fairbairn presentó 17 puntos de desviación respecto del “modelo clásico”. Los cinco primeros son especialmente relevantes en cuanto a su crítica a la teoría pulsional: 1. Existe un yo desde el nacimiento. 2. La libido es una función del yo. 3. No existe el instinto de muerte; la agresión es una reacción a la frustración o a la privación. 4. Dado que la libido es una función del yo y la agresión una reacción a la frustración o privación, no existe algo que podamos denominar “Ello”. 5. El yo, y, por lo tanto, la libido, es fundamentalmente buscador de objetos. Aunque las ideas de Fairbairn coincidían en muchos aspectos con el pensamiento de Melanie Klein –sobre todo en posicionar al objeto como factor central en la constitución del sujeto humano–, su teoría se alejaba de los modelos pulsionales tanto de Freud como de Klein. III. Bbb. Melanie Klein Klein y sus seguidores desarrollaron, ya en los años treinta, aplicaciones nuevas y más amplias del concepto de pulsión en términos de relaciones objetales. Con una mirada retrospectiva, Klein –aunque aseguraba que seguía los pasos de Freud– ofreció una nueva percepción del sujeto psicoanalítico como constituido por sus objetos internalizados y el mundo interno inconsciente de las fantasías. Este desarrollo puede verse en el célebre artículo de Susan Isaacs (1948) sobre las fantasías inconscientes, presentado en 1943 durante las Controversial Discussions [Discusiones Controvertidas]. La fuerza motivacional básica pasó a describirse como “una pulsión en búsqueda de un objeto”. Las fantasías comprenden diversos dramas e intercambios entre objetos internos en mundo interno, y entre objetos internos y objetos reales en el mundo externo . Estos últimos solo pueden ser percibidos cuando hay un movimiento (siempre temporal) de la visión escindida y esquizoparanoide del mundo (la “posición esquizoparanoide”) a la “posición depresiva”, en la cual los objetos son percibidos en su totalidad y en su separación respecto al sujeto. En contraste, los objetos internos y

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