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genitales, no tienen una base biológica sino cultural” (1935: 63). Por la misma razón, los fenómenos primarios de la teoría de la pulsión freudiana se entienden como una falla ambiental temprana que desemboca en una “falla básica”. En concreto, la agresión se ve como una reacción a la frustración más que como una finalidad en sí misma; resumidamente, para Balint (1951) el odio es siempre un fenómeno reactivo, secundario, y una de las pulsiones primarias básicas del individuo. De forma parecida, el narcisismo primario se reformula como una investidura libidinosa en el autoerotismo, precisamente allí donde el niño no ha sido suficientemente provisto, o se le ha dado “demasiado poco”, para empezar. 3. La distinción entre los tipos de regresión “benigna” y “maligna” (1968: 146) puede entenderse como un “modelo mixto” claramente definido. El primero es el que se manifiesta en la relación terapéutica debido a las necesidades relacionales primarias; el segundo, debido al placer instintivo infantil. Por consiguiente, Balint trabajó los aspectos terapéuticos de la regresión en el contexto de su psicopatología revisada de las relaciones objetales (ver la entrada REGRESIÓN). El modelo freudiano clásico, basado en la interpretación de la resistencia dirigida a la visión interna, supone que los pacientes son capaces de internalizar o “asimilar” lo que se ofrece en la relación analítica; que las interpretaciones se experimentan como interpretaciones y no como otra cosa, y que el yo está preparado para trabajarlas a fondo. El modelo revisado es útil para los casos de pacientes severamente narcisistas, de personalidad límite o psicóticos, es decir, cuando no se puede asumir la centralidad del complejo de Edipo, pero también cuando la interpretación inmediata de los estados preedípicos primitivos corre el riesgo de generar una reacción terapéutica negativa o de provocar una respuesta obediente en el paciente. La aportación de Balint, ligada a la tradición de Ferenczi y la escuela de Budapest, es importante para nuestra comprensión de la relación terapéutica en el caso de pacientes regresivos. La visión relacional de la naturaleza humana se combina aquí con una visión basada en la pulsión y el objetivo del placer de la motivación humana, una combinación que Balint concibe como teórica y clínicamente irreductible. III. E. Winnicott: Relaciones interpersonales y procesos emocionales primitivos Donald Winnicott presentó su contribución al psicoanálisis como parte de la tradición de Freud y Klein, mientras que, al mismo tiempo, propuso una teoría radicalmente nueva de las relaciones objetales. Su contribución sigue siendo tema de debate entre sus lectores: algunos insisten en que las fuentes y fundamentos de los avances teóricos de Winnicott provienen de Freud (Green, 1999: 199-200; Abram, 2013: 1); mientras que otros están convencidos de que su teoría es completamente contraria a la teoría clásica (Rycroft, 1995: 197; Fulgencio, 2007; Loparic, 2010).
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