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que les permiten lidiar con la realidad y transformarla en beneficio de los participantes (y, por extensión, de toda la humanidad).
(2) El campo onírico Entre los factores del campo propuestos, se pueden identificar algunos fenómenos que se articulan de formas muy complejas, como la cualidad de los vínculos entre analizado y analista, la cualidad de las experiencias emocionales resultantes de esos vínculos, la capacidad de contención del analista y la reverie (ensueño) que le permite transformar las experiencias emocionales en sueños (sueños diurnos o nocturnos). También es importante la capacidad de la díada analítica de ampliar los significados de los sueños que se sueñan (“aquí y ahora”), la capacidad del analista de identificar y afrontar los elementos que no pueden soñarse, la capacidad de la díada de afrontar los ataques a los procesos descritos, entre muchos otros aspectos. Cassorla combina las ideas de los Baranger con la teoría del pensamiento de Bion (Bion, 1962a, 1962b, 1992, Ferro, 2009), sus resultados y las transformaciones. En el modelo propuesto, el campo ha sido invadido por turbulencias emocionales y catástrofes (Bion, 1976). Analista y analizado están vinculados por emociones y el campo está en constante transformación, lo que indica la cualidad de los vínculos y las formas de ataque que se pueden ejercen sobre ellos. Todo lo que le sucede a uno de los miembros de la díada tiene repercusiones emocionales en el otro. La aventura del análisis es estimulada en ambos miembros de la díada analítica mediante las conexiones de amor, deseo de conocer y odio al sufrimiento. Estas emociones iniciales dan lugar a conjuntos más o menos complejos de vínculos emocionales denominados con las letras L ( love , del inglés “ amor”), H ( hatred , del inglés “odio”) y K ( knowledge , del inglés “conocimiento”), que se influyen entre sí y se unen de muchas formas distintas. Inversamente, sus negativos (-L, -H, -K) atacan a los vínculos positivos (Bion, 1962b). El vínculo K (instinto de conocimiento) fue sugerido tanto por Freud (1905) (Instinto del Conocer) como por Klein (1932) (Instinto Epistemológico). Bion incluyó este instinto entre las emociones, cosa que amplió la percepción de los campos. A medida que se desarrolla la observación del campo, se identifican combinaciones más complejas, sutiles y sofisticadas de las emociones. Una de las características del campo analítico es su capacidad de conectar L y H con K o transformarlas en K para que pueda desarrollarse el conocimiento. Conocerse a sí mismo a través del análisis es un proceso emocional y cada K alcanzado es un paso efímero en la búsqueda de la realidad última (O). Pero O nunca acaba de conseguirse, lo que significa que, desde este ángulo de observación, el campo analítico es infinito. El soñar cubre las 24 horas del día, al igual que otras funciones biológicas, como la respiración y la digestión. El soñar es un “teatro generador de significados” (Meltzer, 1983), un sueño inconsciente permanente, cuyo contenido se manifiesta a través de ensoñaciones diurnas y nocturnas. Estos sueños, a su vez, se vuelven a soñar,
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