Volver a la tabla de contenido
simbióticos, en una zona de funcionamiento psíquico indolente. En este caso, estamos en presencia de un no-sueño-para-dos , que es la materia prima del enactment crónico (Cassorla, 2008, 2018). El enactment crónico es una forma de manifestación de los baluartes. El analista parece haberse atontado (Cassorla, 2013). De hecho, los dos extremos mencionados (sueños y no sueños) son abstracciones hipotéticas (Cassorla, 2018). En la práctica nos encontramos con situaciones intermedias y mixtas porque el funcionamiento psicótico oscila y coexiste con el funcionamiento no psicótico, como PS↔D (Bion, 1963). Por ejemplo, pueden existir no-sueños que buscan convertirse en sueños, cuasi-sueños , sueños con significados difíciles de expandir, sueños que se transforman en no-sueños, sueños interrumpidos (Ogden, 2005) y estados de confusión que fusionan no-sueños con sueños. En este continuum, pueden observarse distintos niveles de simbolización, como elementos crudos, símbolos precarios con poca capacidad de conexión, ecuaciones simbólicas (Segal, 1957), redes simbólicas obstruidas o sofisticadas, etc. Las conductas que se manifiestan como actos que recuerdan a la mímica teatral o a una película muda (Sapisochin, 2013) forman parte de este continuum. En este caso, se produce la externalización en el campo analítico de inscripciones mentales tempranas que no fueron simbolizadas verbalmente porque ocurrieron cuando la mente simbólica todavía no se había constituido. Se relacionan con lo que Freud (1914) llamó Agieren y entran en la categoría de enactments crónicos. El campo onírico incluye hechos del gradiente sueño↔no-sueño, con distintos grados de representación y no representación simbólica. En este sentido, el modelo del palimpsesto puede ayudar. Todo sueño encubre otros sueños que, a su vez, encubren zonas de no-sueños que representan traumas, que encubren traumas infantiles no soñados que encubren otros traumas transmitidos de forma transgeneracional, que encubren otros sueños y no-sueños, y así sucesivamente. Deberíamos ampliar el modelo a un modelo de palimpsesto multidimensional en constante movimiento. La comunicación entre zonas nos lleva a suponer que, cuando un analista re-sueña un sueño simbólico a través de un sueño para dos, también puede estar, implícitamente, soñando zonas de no-sueños, y viceversa. (3) El enactment crónico y agudo Cassorla (2001, 2005, 2012) consideró dos categorías de enactment , el crónico y el agudo, en relación con el “baluarte” de los Baranger. El modelo militar, cuando se asocia al concepto de identificación proyectiva, es útil para el trabajo clásico de los Baranger (1961-1962), en el que describen el “baluarte” como un obstáculo para el progreso de la batalla que se libra en el encuadre analítico. El origen de la palabra “baluarte” sugiere fortificaciones que sobresalen en diagonal de los muros de protección, lo que permite protegerlos y disparar contra los enemigos.
634
Made with FlippingBook - Online magazine maker