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Bollas amplía el campo psicoanalítico de las relaciones objetales, especialmente con respecto a lo que él llama “la integridad del objeto”. “Me parece sorprendente”, escribe Bollas (1992, p. 4, énfasis en el original) “que en una teoría de las relaciones objetales se preste escasa atención a la nítida estructura del objeto, habitualmente considerado como un recipiente que contiene las proyecciones del sujeto. Ciertamente, los objetos nos contienen. Sin embargo, es precisamente porque contienen nuestras proyecciones que su característica estructural es tan importante, porque también nos coloca a nosotros mismos en un contenedor que al volverse a experimentar nos procesará de acuerdo con su integridad natural.” IV. Bb. Šebek: El objeto totalitario El concepto de “objetos totalitarios” (internos y externos), formulado por Michael Šebek (1996; 1998), se basa en su trabajo psicoanalítico realizado bajo el régimen comunista totalitario de Checoslovaquia. El concepto ayuda a vincular el poder totalitario externo con las fuerzas totalitarias intrapsíquicas. Estas últimas se entienden como fuerzas parcialmente internalizadas y como parte de la mente inconsciente arcaica. Šebek señala que, en la medida en que existen regímenes totalitarios y tiranos, existe la probabilidad de una transmisión transgeneracional de los objetos totalitarios. El carácter “omnipotente”, “omnisciente” y “todopoderoso” de estos objetos, según Šebek (1998, p. 2017), revela un proceso de idealización primitiva, que incluye la adopción del totemismo, varios dioses, monarcas, dictadores, líderes carismáticos y autoritarios, ideologías y movimientos políticos extremos. El carácter destructivo y abusivo del objeto queda oculto o disfrazado por estas formas de idealización. Šebek propone que los objetos totalitarios son esencialmente “ambiguos”: nos salvan, pero también nos penetran (son agresivos); tienen una función posesiva, inquietante y controladora del espacio psíquico interno, que causa opresión interna y una existencia privada de libertad. Como tales, los objetos totalitarios bloquean el desarrollo hasta la madurez, facilitan la formación de ideologías dogmáticas y bloquean el pensamiento creativo espontáneo. Šebek sostiene, además, que cuando una persona percibe el mundo a través de la lente de los objetos totalitarios, localizados principalmente en el yo inconsciente, esta persona no ve los objetos de forma independiente, sino que los ve como objetos que están en su posesión/manipulación. Estos objetos funcionan como parte del sí-mismo destructivo y escindido, o se emplazan en un superyó severo y sádico. También pueden proyectarse, como ocurre en el pensamiento paranoico. Para Šebek, los objetos totalitarios en sus múltiples facetas pueden causar una reacción terapéutica negativa o un tipo de impasse terapéutico. Permanecen mayormente inconscientes y pasan inadvertidos, existen como dioses, fantasmas, demonios y monstruos; objetos atemporales del inconsciente que entran en el sueño, la fantasía, la conducta, e incluso en el espacio mental consciente. En resumen, Šebek propone que estos objetos representan una estructura inconsciente de la
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