Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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alejaban explícitamente de la instrucción freudiana procedían de dos maneras: (1) indicando que las sensaciones corporales, las imágenes, los sueños u otros fenómenos mentales forman tan parte del análisis como los pensamientos; o (2) prestando mayor atención a las defensas y resistencias, incluyendo en sus instrucciones un estímulo para que el paciente tome conciencia y hable sobre las dificultades que encuentra al intentar comunicar sus pensamientos. En lo que respecta al rango de explicaciones dadas a los pacientes, parecían existir tres grupos: (1) aquellos que incluían la regla fundamental en sus directrices iniciales como una descripción integrada del método y los objetivos del psicoanálisis; (2) aquellos que tendían a presentar la regla fundamental o las directrices de manera breve, sin relacionarlas con la descripción del psicoanálisis; y (3) aquellos que no ofrecían ninguna explicación, pero demostraban la importancia de hablar libremente a través de la forma en que relacionaban con sus pacientes (ibid., p. 61). En cuanto a la formulación verbal de las directrices iniciales, se observó un contraste entre un tono personal (como: “Espero que puedas expresarte con la mayor libertad posible…”) y una orientación funcional o basada en la tarea (como: “La idea en psicoanálisis es ser lo más abierto posible con tus pensamientos y sentimientos…”). Respecto al uso de metáforas explicativas, algunos analistas informaron que “[c]on algunas personas, la analogía del tren de Freud es insuperable; con otras, se debe ser más concreto o detallado…” (ibid., p. 65). Otros mencionaron el uso de metáforas individualizadas, como “[e]ncontrar el camino de regreso a la oscuridad… tratar de seguir, no de guiar, los propios pensamientos” (ibid., p. 65). Los tiempos de introducción de la regla fundamental, según el estudio de Litchtenberg y Galler, pueden variar: desde una introducción en la primera sesión, hasta una introducción en algún momento de la fase inicial, con pequeños recordatorios posteriores, ya que pueden surgir necesidades específicas de clarificación en cualquier punto del proceso psicoanalítico. Las razones detrás de las decisiones sobre el modo en que se presentan las directrices varían considerablemente: desde un énfasis explícito o implícito en el establecimiento de un marco que brinde libertad al mismo tiempo que la seguridad de ciertos límites y reglas; hasta la capacidad para evaluar la experiencia inmediata del paciente, a partir de sus asociaciones momentáneas (respecto a la instrucción); el fomento de la comunicación expresiva o la preparación del paciente para hacer frente a las dificultades que surgen al seguir la regla básica (poniendo especial atención a las resistencias en todo proceso). En conjunto, la diversidad contemporánea en la forma en que los analistas introducen la asociación libre puede interpretarse (Lichtenberg y Galler 1987) como una manifestación de la tensión entre el deseo de preservar la tradición analítica y el deseo de introducir nuevos enfoques, de experimentar y de atender a la experiencia particular de cada díada analítica en funcionamiento. Las

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