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IV. Fab. Mark Solms: un modelo neurobiológico y psicoanalítico integrado Mark Solms (2020, 2021) ha propuesto una teoría general del funcionamiento neuronal que conecta los límites entre las estructuras y funciones neurobiológicas, por un lado, y las estructuras y funciones psicológicas, por otro. Esta teoría plantea como principio fundamental el equilibrio homeostático de todas las funciones biológicas necesarias para la supervivencia del organismo, equilibrio que se replica a nivel conductual e intrapsíquico en las organizaciones psíquicas. Los dos enfoques teóricos clave que Solms integra en su propuesta son: la contribución de la neurociencia afectiva de Jack Panksepp y la contribución de la teoría de la información desarrollada por el neurocientífico computacional Karl Friston (2010). El enfoque matemático de Friston permite entender el sistema nervioso como un sistema de información complejo que registra tanto la información endógena como exteroceptiva necesaria para mantener las funciones vitales básicas, derivadas de las necesidades corporales desde el nacimiento, y regular la interacción entre neuronas receptoras y motoras. La acción motora está basada en las demandas predictivas determinadas por los afectos frente a la información sensorial perceptiva y endógena disponible, evaluada en función de las necesidades corporales básicas y de supervivencia ambiental y por la reproducción. Estas expectativas predictivas se reflejan en las funciones cognitivas del cerebro, y la integración cognitiva incluye un sistema autoorganizado complejo equipado con un centro metacortical que constituye el “sistema del self ” básico. La concepción de Solms transforma la “teoría hidráulica” de la energía de Freud en un concepto de energía como requisito para el trabajo , determinado por el análisis computacional de las necesidades corporales y la realidad. La teoría de Solms relaciona estos potenciales computacionales de alto nivel con procesos complejos de toma de decisiones, que pasan a formar parte de las estructuras internas del aparato psíquico. Solms, al utilizar el concepto de sistemas afectivos de Panksepp, concibe los afectos como estructuras psicofisiológicas complejas que implican: áreas límbicas concretas del cerebro, neurotransmisores específicos, procesos hormonales relacionados y, muy especialmente, una dimensión subjetiva esencial de satisfacción y/o insatisfacción, placer o displacer, específica para cada sistema afectivo descrito por Panksepp. Además, los afectos tienen una función comunicativa que conecta al individuo con su entorno humano, expresando necesidades esenciales de supervivencia, su satisfacción o fracaso, a través de reacciones emocionales específicas ligadas a la experiencia interpersonal. Los afectos proporcionan señales predictivas específicas que gatillan acciones concretas, que incluyen la percepción sensorial del mundo, determinando la reacción individual ante el mundo exterior. Solms denomina “pulsión” a la presión para el trabajo que la saliencia de los afectos induce en el sistema nervioso central , y propone que la conciencia es una función esencial de los sistemas afectivos en sus puntos de máxima saliencia. La conciencia, por tanto, se origina en la expresión afectiva de necesidades biológicas centrales, y no como consecuencia de la
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