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1972) a las “mediaciones” e “interacciones integradoras” de los padres y el analista. En estos trabajos se hace evidente otro correlativo que parece converger con el desarrollo de otras orientaciones psicoanalíticas, y con el cual incluso Freud habría estado de acuerdo, y es que la salud mental y la resiliencia van asociadas a la fluidez entre las estructuras intrapsíquicas, así como a la relativa libertad de identificación en las relaciones. (Ver también las entradas EL INCONSCIENTE e INTERSUBJETIVIDAD).
VI. CONTRIBUCIÓN LATINOAMERICANA
Las conceptualizaciones relativas a la teoría de las relaciones objetales en América Latina, especialmente en Argentina, se han relacionado con la teoría kleiniana y su elaboración principalmente en Bion, Meltzer y Winnicott. Esta genealogía kleiniana fue producto de su psicoanálisis centrado en el juego de los niños. Klein observó que el juego personificaba los sentimientos y pensamientos del niño. Los juguetes representaban personas, situaciones, sentimientos de odio, enemigos persecutorios, deseos, teorías salvajes de la sexualidad, implosiones corporales, etc. Jugar no es solo una forma de que el niño controle lo que al principio le debe parecer incognoscible y peligroso. Los juguetes son tratados como si tuvieran sentimientos: ellos viven, se preocupan, mueren y son destructores. En este sentido, los objetos pueden definirse como fantasías de aprehensiones del mundo externo. Los objetos internos no son “representaciones”, ya que pueden encontrarse en recuerdos o fantasías conscientes (sueños diurnos). “Los objetos se experimentan como lo que forma la sustancia del cuerpo y de la mente” (Hinshelwood, 1991, pp. 71-72). El concepto de “objetos internos” es inherente a la metapsicología kleiniana e interactúa con otras hipótesis importantes, tales como: la existencia de pulsiones de vida y muerte; una teoría del funcionamiento mental temprano que teoriza la existencia de un yo capaz de percibir la ansiedad; el desarrollo de los mecanismos de defensa primitivos del yo; la hipótesis de fantasías inconscientes y la teoría de la posición esquizoparanoide y depresiva (Bianchedi, 1984). El trabajo sobre el duelo comporta trabajar en la construcción de un mundo interno en la posición depresiva y a través de ella. El estado de las relaciones externas se rige por el de las relaciones internas. Klein enfatiza el carácter concreto e incluso físico de las experiencias relacionadas con este mundo interno. La teoría del mundo interno organiza las interacciones de los objetos en ese mundo. La sustancia de ese mundo está formada por fantasías inconscientes, profundas y tempranas, que emergen en la
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