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El psicólogo del yo intersubjetivo contemporáneo Warren Poland (1996), expresa esta integración híbrida en las siguientes palabras: “Ninguna persona individual existe fuera del campo humano de conexión objetal ; el espacio analítico colorea cómo una persona individual llega a la comprensión a través del otro y al insight . Al mismo tiempo, la mente de cualquier individuo puede ser ocupada por otro, pero siempre está crucialmente separada, un universo privado de experiencia interior” (Poland, 1996, p. 33). (Ver también las entradas INTERSUBJETIVIDAD, PSICOLOGÍA DEL YO) II. Ebe. Formaciones terciarias relacionadas con el campo en el pensamiento posbioniano: “El tercero” de Thomas Ogden y James Grotstein En su apariencia más general, los conceptos de “el tercero” pueden verse como una extensión de las propiedades constructivas, creativas y transicionales del campo. Se considera que la formación específica de “el tercero analítico” es generada por la dialéctica de las subjetividades del analizado y el analista (Katz 2013). Este tercero se forma a través de la experiencia subjetiva del analizado y el analista al mismo tiempo que la crea (Ogden, 2009). La matriz necesariamente única que evoluciona a partir de la interacción y la creación de subjetividad e intersubjetividad dentro del proceso analítico se convierte en un aspecto del objeto de estudio psicoanalítico. El norteamericano formado en Gran Bretaña, Thomas Ogden , emplea la noción winnicottiana de espacio potencial como precursora de su visión del espacio intersubjetivo . “[E]l analista intenta reconocer, comprender y simbolizar verbalmente para sí mismo y para el analizado la naturaleza específica de la interacción momento a momento de la experiencia subjetiva del analista, la experiencia subjetiva del analizado y la experiencia generada intersubjetivamente de la pareja analítica (la experiencia del tercero analítico)… es justo decir que el pensamiento psicoanalítico contemporáneo se está acercando a un punto en el que ya no puede hablar simplemente del analista y del analizado como sujetos separados que se toman mutuamente como objetos” (Ogden, 1994a, p. 3). Según Ogden (1994a, 1995), las perspectivas intrapsíquicas de la transferencia y la contratransferencia no sólo deben complementarse con la imagen intrersubjetiva de una matriz de transferencia-contratransferencia , sino que estas perspectivas deben entenderse dentro de una dialéctica que conduce a un “tercero analítico (intersubjetivo)” , una nueva subjetividad en desarrollo , que comprende (como ocurre con el campo) algo más que la suma de sus partes. La perspectiva de James Grotstein (Grotstein y Franey 2008) de un campo como una unión de los dos, que da lugar a una nueva formación terciaria, es aplicable a la díada analítica, así como a los procesos dinámicos dentro de un grupo. Sintetizando y ampliando tanto el trabajo de Bion como el de los Baranger, y haciendo referencia a Ogden (1994b, 2005), Grotstein escribe: “…el campo bipersonal… es más que
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