Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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VI. B. REVISIONES Y REFORMULACIONES ADICIONALES EN EL PSICOANÁLISIS ARGENTINO Históricamente, la revisión y reformulación de la hipótesis psicoanalítica de la pulsión de muerte fue llevada a cabo por Terencio Gioia (1977), con comentarios relacionados de Ángel Garma, Carlos A. Paz, Willy Baranger y Benzion Winograd (1977). VI. Ba. Terencio Gioia Gioia revisa y reformula el desarrollo de la teoría tardía de las pulsiones mediante un “diálogo” con los escritos de Freud, señalando que el mismo Freud reconocía que la teoría dualista de las pulsiones de vida y de muerte era una hipótesis especulativa: “Lo que sigue es especulación, a menudo de largo vuelo, que cada cual estimará o desdeñará de acuerdo con su posición subjetiva. Es, además, un intento de explotar consecuentemente una idea, por curiosidad de saber adónde lleva.” (Freud 1920, p. 24 [24]). En su lectura minuciosa de Freud, Gioia lo sigue cuando Freud escribe: “Hemos partido de la gran oposición entre pulsiones de vida y pulsiones de muerte. El propio amor de objeto nos enseña una segunda polaridad de esta clase, la que media entre amor (ternura) y odio (agresión). ¡Si consiguiéramos poner en relación recíproca estas dos polaridades, reconducir la una a la otra! Desde siempre hemos reconocido un componente sádico en la pulsión sexual; según sabemos, puede volverse autónomo y gobernar, en calidad de perversión, la aspiración sexual íntegra de la persona. Y aun se destaca, como pulsión parcial dominante, en una de las que he llamado ‘organizaciones pregenitales’. Ahora bien, ¿cómo podríamos derivar del Eros conservador de la vida la pulsión sádica, que apunta a dañar el objeto?” (Freud, 1920, pp. 53-54 [52]). Gioia se pregunta qué hizo que Freud no siguiera centrándose en la correlación entre amor y muerte, en lugar de en su separación . Gioia también trabaja con las reflexiones de Freud, como cuando afirma: “Podría preguntárseme si yo mismo estoy convencido de las hipótesis desarrolladas aquí, y hasta dónde lo estoy… No desconozco que el tercer paso de la doctrina de las pulsiones, este que emprendo aquí, no puede reclamar la misma certeza que los dos anteriores, a saber, la ampliación del concepto de sexualidad y la tesis del narcisismo.” (ibid., p. 59 [57]) A partir de una lectura atenta de estos pasajes, Gioia (1977) sigue cuestionando el dualismo pulsional tardío en Freud. Encuentra “contradicciones lógicas internas, muy difíciles, si no imposibles, de sortear” (Gioia, 1977, p. 287). Una de ellas surge de la base teórica que sostiene que la pulsión de muerte está marcada por “el carácter conservador de la vida pulsional” y, al mismo tiempo, de la afirmación de que en el caso de uno de los componentes del dualismo –la pulsión de vida– “no podemos aplicar

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