Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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los clínicos deberían alentar a las personas a hablar libremente y ayudar a crear un entorno interpersonal en el que se sientan lo bastante seguras para hacerlo. Además, de manera no del todo distinta a Kris (1982), propone considerar la asociación libre como una meta de la terapia a la que aspirar, y no como una regla o un requisito. Irwin Z. Hoffman (2006) cuestiona la visión tradicional de la “asociación libre” desde una perspectiva relacional-constructivista. En la perspectiva relacional en general, la asociación libre se complementa en mayor medida con una especie de libre desarrollo de la interacción, incluyendo los enactments de transferencia- contratransferencia como formas de expresión que se convierten en objetos de reflexión crítica y que ofrecen vías para la acción terapéutica. Un crítico feroz de las conceptualizaciones tradicionales de la asociación libre y la transferencia, Hoffman sostiene que estas involucran tres formas de negación, formuladas en términos de mitos correspondientes: 1) negación de la libertad de agencia del paciente; 2) negación de la influencia interpersonal mutua entre el paciente y el analista; 3) negación de la responsabilidad del paciente en la co-construcción de la relación analítica. Al considerar la asociación libre como un ejemplo de concepto que despoja al paciente de su agencia responsable y, por tanto, de cualquier “culpa o mérito” por sus contribuciones, Hoffman aspira a establecer “un clima que fomente una mezcla de (1) construcciones habituales o caracterológicas, (2) regresivas o subyacentes, y (3) imaginativas o nuevas de la interacción, por un lado, y una reflexión crítica sobre el propio proceso constructivo, por el otro” (Hoffman 2006, p. 52). De ello se desprende que la comprensión ( insight ) esté insertada en una relación multifacética, cuyo conjunto ofrece una forma compleja de experiencia correctiva. Lewis (Lew) Aron (1989, 1990) lamentó lo que veía como una desafortunada dicotomía entre los psicoanalistas que habían conservado un modelo unipersonal, intrapsíquico, basado en las pulsiones y estructuras mentales –quienes continuaban enfatizando el método de la asociación libre–, y aquellos que habían adoptado un punto de vista relacional, bipersonal, interaccional o interpersonal, que a menudo minimizaban o abandonaban la asociación libre y la reemplazaban por un enfoque centrado en la interacción terapéutica. Aron se esforzó por reconceptualizar el método de las asociaciones libres dentro del contexto de un marco relacional bipersonal. Escribió: “La asociación libre, como método, puede ser útil para los psicoanalistas de todas las orientaciones teóricas como recordatorio de los descubrimientos más importantes de Freud, es decir, de la vida mental inconsciente, el determinismo psíquico, la continuidad psíquica y el significado, así como el valor y la prioridad de escuchar a los pacientes de manera cuidadosa, contenida y disciplinada, y de dejarnos guiar por ellos” (Aron 1990, p. 439). Ampliando las ideas interpersonalistas sobre la asociación libre de Karen Horney (1952/1987) y Phillip Bromberg (1984), entre otros, Aron también señala las implicaciones interpersonales presentes en afirmaciones de autores freudianos, citando a Erns Kris (1956): “Mientras el paciente es remitido a la asociación libre, debe

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