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anclaje freudiano, pero pluralista, especialmente necesario para las estructuras psíquicas no neuróticas. En América del Norte , la interrelación, intersubjetividad e interdependencia fundamentales para el desarrollo humano han conducido a muchos analistas a prestar atención a configuraciones conceptualizadas conjunta y variadamente sobre el “campo dinámico bipersonal y/o el encuentro de múltiples subjetividades, donde pueden surgir nuevas elaboraciones/extensiones y no simples repeticiones de las fantasías, actitudes y conductas inconscientes y/o preconscientes individuales de cada miembro de la díada y a las que la presencia y la mente de cada uno contribuyen significativamente. Este pensamiento encaja con las experiencias clínicas y la convicción de muchos de que existe un potencial vital para la inventiva y las expresiones creativas de contenido psíquico previamente excluido, disociado o no integrado. La reunión heterogénea de conceptualizaciones norteamericanas del campo incluye dos teorías: la teoría del campo comunicativo bipersonal de Robert Langs y la teoría del campo interpersonal de Donnell Stern. Además, otras conceptualizaciones relacionadas con el campo han intercambiado saberes a través del pensamiento freudiano contemporáneo, la teoría moderna del conflicto, la psicología del yo intersubjetivo y las tradiciones poskleiniana y posbioniana, así como la francesa. El énfasis en la expansión, el crecimiento, la libertad expresiva y/o relacional, la (co- )creatividad y la transformación (mutua), las formaciones transicionales y terciarias y la inmediatez, vitalidad y surgimiento de nuevos eventos prepsíquicos, intrapsíquicos, interpsíquicos, intrasubjetivos e intersubjetivos en el desarrollo y en la situación psicoanalítica, es propio de muchas de estas corrientes. Las diferencias y similitudes entre la proliferación compleja y el intercambio de saberes en las teorías y conceptos del campo psicoanalítico dentro y entre las tres regiones toman sentido cuando la teoría se traduce a la práctica clínica, en términos de modalidades atencionales “dirigidas” y “difusas”, relacionadas con varias formas de transferencia. Las controversias (asimetría vs. mutualidad, la participación del analista en la fantasía y/o la conducta) pueden reconocerse y sostenerse dentro del paradigma de la complejidad, aplicable aquí no sólo al campo psicoanalítico, sino a las mismas teorías y conceptos del campo. En la misma línea, la “espiral dialéctica” de Pichon Rivière, que vincula movimientos contradictorios de regresión y progresión, y luego se amplía para incluir movimientos contradictorios de cualquier tipo, también puede encontrarse en el amplio contexto de las elaboraciones de las conceptualizaciones del campo en las distintas regiones psicoanalíticas y entre sus diversas orientaciones. El espectro multidimensional y multifacético de las teorías y conceptualizaciones del campo, que hasta ahora no se habían teorizado lo suficiente, pero que se han ido difundiendo por todas las culturas psicoanalíticas contemporáneas, repercute sobre el ajuste sensible durante el proceso psicoanalítico (por más variada que sea su conceptualización). Asimismo, encara los desafíos de la práctica psicoanalítica actual con un amplio abanico de condiciones clínicas, incluidas aquellas
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