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En “El odio a la contratransferencia” (1947), Winnicott subraya la ambivalencia experimentada por el analista cuando se enfrenta a pacientes graves. El paciente evoca una especie de odio, el cual no es específico en sí mismo, pero cuya intensidad es específica a la situación en cuestión. “Durante el análisis ordinario el analista no tiene ninguna dificultad en controlar su propio odio […] En el análisis de los psicóticos, sin embargo, son muy distintos los grados y tipos de tensión que debe soportar el analista y es precisamente esta diferencia lo que estoy intentando describir” (p.197). Según Winnicott, esta diferencia de intensidades entre la neurosis y la psicosis es debida a una importante brecha entre las experiencias de la primera infancia. En un trabajo que, en parte, se basa en las nociones de Winnicott, Roussillon (2011) analiza pacientes que padecen trastornos de identidad narcisista y desarrollan una forma paradójica de transferencia, “un tipo de transferencia en la que algo ‘se da la vuelta’: el analizando, separado de cualquier posibilidad de integrar una experiencia pasada particular, hace que el analista viva esa experiencia” (p.6). “Así es como el mundo de la transferencia está más dominado por cuestiones de negatividad que de integración y vinculación. Al mismo tiempo, la destructividad, o ciertas formas de las pulsiones de muerte, reemplazan la libido; la relación con el objeto se presenta subordinada a la idea del uso del objeto más que a la idea ‘clásica’ de relaciones de objeto.” (Id., p.7) IV. D. Wilfred R. Bion Bion, por su parte, amplía la teoría de Melanie Klein, al mismo tiempo que utiliza el corpus freudiano. Cuando examina la formación de pensamientos dentro de la vida psíquica, Bion introduce el concepto de la función alfa ( Aprender de la experiencia , 1962). Esta función permite que las experiencias sensoriales y emociones (los elementos beta) se conviertan en elementos alfa, para así poder ser recordados, simbolizados y utilizados por los pensamientos y los sueños. Esta transformación, originada en la raíz de la psique, plantea una conceptualización de lo consciente y lo inconsciente como estados mentales reversibles dentro de la experiencia mental. En algunos de sus trabajos centrados en el funcionamiento psicótico, Bion introduce una distinción entre la parte psicótica y la no psicótica de la personalidad. Desarrolla el concepto de identificación proyectiva descrito por Melanie Klein, con respecto a la transferencia de componentes destructivos, que fueron escindidos y luego proyectados sobre el analista, para darle un significado más comunicativo y afectivo, relacionado con la relación entre la madre y el bebé. El ensueño materno recibe los elementos sensoriales y emocionales que se le proyectan y los hace tolerables y concebibles para el bebé. Gracias a Bion, la identificación proyectiva y la relación continente-contenido se convierten en elementos indispensables para entender la transferencia (ver entrada correspondiente a la CONTENCIÓN).
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