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“pura” (por ejemplo, Lichtenstein, Fink), mientras que otros de formación “clásica” y lacaniana (por ejemplo, Webster) se prestan a dialogar con las otras “escuelas” norteamericanas. A medida que se van traduciendo y leyendo las obras de Lacan, se va haciendo más evidente que la división entre los analistas anglosajones no es tan grande como a menudo se ha querido trasmitir – incluso por el propio Lacan. Lacan presta atención a los afectos que se dan durante la transferencia, especialmente la ansiedad. Algunas de sus ideas dialécticas e intersubjetivas sobre el tratamiento se aproximan a la línea más clásica del análisis de transferencia y, por otra vía, a sus modificaciones intersubjetivas y relacionales. V. C. Jean Laplanche Con la teoría del significante enigmático, Jean Laplanche introduce una nueva manera de entender la transferencia. El impacto intrusivo del Otro y la traducción imposible del niño de los mensajes del adulto “comprometido”, debido a la interferencia de fantasías sexuales, constituye, para Laplanche, el marco de la situación antropológica y la base de la “teoría de la seducción generalizada” (Laplanche, 1987). Esta situación es la que se repite en la situación transferencial. Por lo tanto, la transferencia no es una simple repetición de la relación con los objetos infantiles. Este aspecto corresponde a lo que Laplanche denomina “transferencia plena (o en pleno)”, es decir, el contenido “positivo” al que pueden referirse analista y analizando en forma de imago infantiles. El otro aspecto, llamado “transferencia hueca (o en hueco)” por Laplanche, es la repetición de la relación con el otro como portador de mensajes enigmáticos (Laplanche, 1992). La “provoca” el analista mientras se enfrenta al enigma y al “rechazo del saber” del analizando – una posición que materializa la relación con los enigmas de la infancia del paciente. En el corazón de la situación transferencial, el proceso de “des-traducción” y “re-traducción” ayuda a que el analizando pueda “re- apropiarse” de los mensajes excluidos (Laplanche, 1999). Desde ese enfoque, “el duelo es el paradigma de la simbolización.” La transferencia como proceso – junto con el sueño – funciona en sentido opuesto al duelo. Repetir en la transferencia significa tratar de recuperar el objeto perdido (o relación), en lugar de vivir el duelo y simbolizarlo; por tanto, la transferencia es similar al sueño: ambos tienden a negar la ausencia y a representar de nuevo lo que no puede ser simbolizado, por lo que tanto la transferencia como el sueño son contrarios al duelo. Esto significa que la transferencia y el sueño comparten una cualidad “alucinatoria”, ya que tienden a moldear la experiencia con esquemas inconscientes, en lugar de reconocer la realidad de la ausencia o pérdida.
V. D. Laplanche y Freud en el Canadá francés Una corriente de pensamiento influyente en el Canadá francés defiende que la transferencia es la característica más importante y más distintiva del tratamiento
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